Ismael Cerna fue un poeta chiquimulteco hoy poco conocido; vivió solo 45 años pero tuvo una vida intensa y azarosa. Estudio para Sacerdote, para Abogado y para Medico, pero no concluyó ninguna de las carreras, aunque sí llegó a ser Coronel del Ejército de Guatemala. Nació en el año 1856 en la hacienda familiar “El Paxte” cercana al volcán Ipala. Por ser sobrino del expresidente Mariscal Vicente Cerna, el Presidente Justo Rufino Barrios le acusó de estar implicado en la sublevación contra el gobierno de Miguel García Granados en el año 1871 cuando protestaban por la expulsión de los jesuitas; les llamaron remicheros porque utilizaron rifles Remington que habían sustraído de una bodega del gobierno en Izabal. Todos los líderes de la sublevación, incluyendo al padre del poeta Ismael, fueron fusilados por órdenes del General Justo Rufino Barrios, quien estuvo encargado de comandar la lucha contra los sublevados. El joven Ismael Cerna se involucró en la lucha debido a que Barrios mandó a quemar los cultivos y matar todo el ganado de la hacienda de la familia Cerna. Ismael logró huir a Honduras, pero fue capturado y maniatado lo devolvieron a la Capital en donde fue encarcelado.
Estando un largo período preso por órdenes del General Barrios escribió un sentido verso del que tomo solo algunas de las estrofas que a continuación reproduzco:
En la cárcel.
¿Y qué? Ya ves que ni moverme puedo
y aún puedo desafiar tu orgullo vano.
¡A mí no logras infundirme miedo
con tus iras imbéciles, tirano!
Soy joven, fuerte soy, soy inocente
y ni el suplicio ni la lucha esquivo;
me ha dado Dios un alma independiente,
pecho viril y pensamiento altivo.
Que tiemblen ante ti los que han nacido
para vivir de infamia y servidumbre,
los que nunca en su espíritu han sentido
ningún rayo de luz que los alumbre;
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Aquí tienes también la sangre mía,
Sangre de un corazón joven y bravo,
No quiero tu perdón me infamaría…
Mártir prefiero ser, a ser esclavo.
¡Hiéreme a mí que te aborrezco, impío!
a ti que con crueldades inhumanas
mandaste a asesinar al padre mío
sin respetar sus años, ni sus canas.
Quiero que veas que tu furia arrostro
y sin temblar que agonizar me veas,
para lanzarte una escupida al rostro
y decirte al morir: maldito seas.
Sin embargo poco tiempo después, y ante el panteón del General Justo Rufino Barrios, (fallecido el 2 de abril de 1885), el poeta le escribe el poema que, a mi entender, demuestra la nobleza de espíritu y creatividad del gran poeta que fue Ismael Cerna. Poeta maldito por cuanto sufrió la maldición del dictador y sanguinario Justo Rufino Barrios. Pero valiente por su arrojo y fortaleza al sobrellevar penalidades y sufrimientos en la cárcel.
El poema se titula “El perdón” y dice asi:
No vengo a tu sepulcro a escarnecerte,
no llega mi palabra vengadora
ni a la viuda, ni al huérfano que llora,
ni a los fríos despojos de la muerte.
Ya no puedes herir ni defenderte,
ya tu saña pasó, pasó tu hora;
solamente la historia tiene ahora
derecho a condenarte o absolverte.
Yo que de tu implacable tiranía
una víctima fui, yo que en mi encono
quisiera maldecirte todavía.
no olvido que un instante en tu abandono
quisiste engrandecer la Patria mía.
Y en nombre de esa Patria te perdono.
Ismael Cerna murió el 8 de abril de 1901; escribió otros bellos y llenos de contenido poemas, especialmente dedicados a la juventud.