En la anterior Memoria de Labores (año 2019) abordé el tema ‘FUNDAP y la tecnología’, indicando en la misma cómo desde sus inicios -hace casi 40 años-, la Fundación ha utilizado la tecnología de la información y del control como un medio eficaz en sus métodos y procesos de trabajo, tanto internamente, como en la relación con sus beneficiarios y cooperantes (los ‘stakeholders’). Hacía también mención en la misma carta que, sumado a esa visión tecnológica “de punta”, los colaboradores de la Fundación no pierden el compromiso humanista de servicio. Esto permite llegar pronto con soluciones eficaces a las necesidades de los usuarios, guiados, eso sí, bajo el estandarte del respeto a la dignidad de cada persona, tal como reza el postulado que como lema orienta toda la acción de FUNDAP: ‘Desarrollo con dignidad’.
Esta dualidad institucional, tecnología y humanismo, ha sido fundamental y estratégica en el aciago año 2020, en el que la pandemia del COVID-19 ha frenado la dinámica con que el mundo avanzaba. Así pues, nos planteó una nueva realidad en la que la modalidad de esfuerzo por servir, tiene como objetivo central la preservación de la vida de todos los beneficiarios y cooperadores de la Fundación, asunto que ha privilegiado sobre cualquier otro interés o propósito.
Para FUNDAP, el contar con el antecedente mencionado, es decir, con esa clara visión del valor de la vida sobre cualquier otro asunto, ha sido su tarea central. Todo ello sin descuidar atender a sus usuarios -con las restricciones que la prudencia indica-, de manera que la afección por la reducción de sus ingresos en las actividades productivas, no les dañara más allá de lo que ha sido posible asistirles.
Es así como se establecieron tareas emergentes para cada uno de los programas de la Fundación, procurando poner siempre la salud de los colaboradores internos en primer lugar de prioridad, y la de los beneficiarios y sus familias. De esta cuenta, aun cuando ha habido casos de contagios, a Dios gracias no se han perdido vidas dentro de la ‘familia FUNDAP’.
Durante el año 2020 y aun los primeros meses del nuevo año 2021, los colaboradores de la Fundación han trabajado -en su gran mayoría- desde sus hogares; para ello se les ha proveído de los instrumentos y facilidades necesarios para su trabajo. Y cuando lo han hecho en oficinas, se ha vigilado con rigidez los protocolos de seguridad.
Los programas de educación y salud han sido, por razones lógicas, los que mayor atención y apoyo han recibido durante la pandemia. Para ello se ha suministrado facilidades, para que los niños y jóvenes que reciben educación, formación y capacitaciones, lo puedan hacer a distancia y con acompañamientos adecuados. También las clínicas médicas de la Fundación han trabajado orientando a las familias sobre las medidas de seguridad que deben seguir para evitar los contagios. Un caso de especial eficacia ha sido el trabajo de las voluntarias en salud, las que desde sus comunidades han servido a sus vecinos dándoles las recomendaciones a seguir en cada caso.
Ante la duda razonable del final de esta pandemia, a la que nadie acierta a garantizar su desaparición, FUNDAP continuará vigilante y prestando sus mejores servicios en beneficio de la población que atiende. Vemos con preocupación que el logro de la vacunación masiva está aún lejano, por ello la Junta Directiva ha decidido continuar con la guardia en alto, con la finalidad central de cuidar la vida de cada uno de los colaboradores, beneficiarios y guatemaltecos en general.
La solidaridad de las instituciones cooperantes ha sido también una manifestación muy humana y que FUNDAP agradece profundamente. Con motivo de la pandemia se han recibido apoyos y aportes de diversas organizaciones que saben que, a través de la Fundación, se llega de forma rápida, eficiente y transparente a las personas y familias más necesitadas.
Es de justicia reconocer públicamente a los colaboradores de la Fundación, quienes se han portado a la altura, con valentía, inteligencia y sentido del valor humano; todos, sin excepción, han procurado asistir desde cada programa a los usuarios y sus familias.
Año difícil, sin duda, pero de muchas enseñanzas y crecimiento espiritual y humano ante la tragedia que asola al mundo entero. Ante esta dura realidad, FUNDAP reitera su compromiso de servicio, asistencia y apoyo.