La República Popular China y sus contradicciones (Primera entrega de cinco)
Fecha de publicación: 25-04-19
La China se considera la civilización “viva” más antigua de la Tierra, con más de 3 mil años de continuidad evidenciados en documentos.
Por: Roberto Gutiérrez Martínez
La República Popular China es, a su vez, comunista y capitalista. Se gobierna por un partido político único y férreo, y su economía funciona bajo un capitalismo muy avanzado. Oficialmente se declara como un Estado socialista de partido único con economía de mercado. ¿Cómo explicar esta contradicción?
La respuesta la podemos encontrar en el postulado del fundador de la actual China, Mao Tse-tung, (1893-1976), quien se basó en la “Ley de la contradicción en las cosas” –fundamentada en la dialéctica materialista– para explicar la concepción del mundo. Según Mao existen dos maneras opuestas de concebir el mundo: la metafísica, que ve las cosas del universo aisladas y cuyo aumento o decremento no está dentro de ellas mismas; y la dialéctica materialista (la que Mao defendió), que considera las causas del desarrollo como internas, que residen en su carácter contradictorio. Por ello el Estado chino se autoproclama como capitalista y socialista de partido único.
Efectivamente la República Popular China ha alcanzado un nivel de desarrollo humano alto, (IDH de 0.75), fundamentado en una economía robusta (25 mil millones de dólares americanos), dentro de un sistema político único que restringe las libertades. No permiten la Internet internacional, prohíben la disidencia política, sus ciudadanos requieren permiso para salir del país, etcétera.
Como sabemos, la China Popular es el país más poblado del planeta con cerca de mil cuatrocientos millones de habitantes, en un enorme territorio de nueve mil quinientos kilómetros cuadrados, lo que le hace ser el tercer país más grande del mundo, después de Rusia y Canadá. China tiene frontera con 14 países, y disfruta de catorce mil quinientos kilómetros de costa a lo largo del Océano Pacífico. El país se divide en 22 provincias, 5 regiones autónomas y dos “Regiones Administrativas Especiales”, (RAE): Hong Kong y Macao; la primera detentada por el Reino Unido por 100 años y ahora bajo el régimen RAE hasta el año 2047 en que pasará en forma definitiva a formar parte de la República Popular China. Y la segunda la cercana Macao, que fuera territorio portugués hasta el año 1999. Hoy Macao se ha convertido en un centro de juegos, famosa en el Asia por sus casinos.
La China se considera la civilización “viva” más antigua de la Tierra, con más de 3 mil años de continuidad evidenciados en documentos. Ello a pesar de los cambios políticos y sociales sufridos, y de que actualmente la conforman más de 100 etnias diferentes, lo que complejiza su integración social.
A pesar de la multiplicidad de pueblos y civilizaciones, la principal razón que ha permitido crear un sistema e historia común ha sido la lengua –el chino mandarín– aun cuando se hablan varios dialectos en su territorio, siendo el segundo más usado el cantonés. Pero todos hablan el mandarín como lengua franca. El sistema de escritura chino es ideográfico, con cerca de 90 mil símbolos de los cuales deben memorizar un mínimo de 3 mil. Actualmente varios millones de chinos –se estima más de 300 millones– hablan el inglés. ¡Hay más anglohablantes en China que en Estados Unidos de América!
Otra razón fundamental para comprender la unidad dentro de la complejidad china, es que esta se fundamenta filosóficamente en el confusionismo, que contiene una serie de reglas morales, siendo, a mi entender central la que indica: “El mal gobierno contradice el orden natural y viola el mandato del Cielo”. El gobernante que se conduce así pierde su legitimidad y puede ser depuesto por otro que recibirá ese mandato. Las religiones más practicadas en China son el budismo y el taoísmo; aunque el Estado se declara ateo, siguiendo la idea de Mao de que “la religión es el opio del pueblo”.
El régimen político se maneja con exclusividad por el partido comunista, el que, como dicho, restringe las libertades. En reciente visita me llamó la atención, estando en la Plaza Tiananmen –la más grande del mundo– que los chinos con que hablé (profesionales todos), no sabían o dan por enterados de la masacre que se dio en esa plaza en junio del año 1989 cuando un grupo de estudiantes e intelectuales protestaron durante varios días contra el Partido Comunista, reclamando ser este demasiado represivo y corrupto; el gobierno respondió violentamente masacrando a más de 2 mil personas, y dejando a cerca de 7 mil heridas. El gobierno estableció la ley marcial, y el resto de la sociedad aparentemente “no se enteró”.
La historia china se ha construido sobre sistemas dinásticos, algunos míticos y otros reales, pero al fin y al cabo ha sido otra razón que ha permitido a esta gran cultura la continuidad que llega hasta hoy. En próxima entrega veremos un resumen histórico de ello.