Ferrocarriles en Guatemala; una revisión en la historia
A propósito de la propuesta que hiciera durante su campaña presidencial el Doctor Alejandro Giammattei sobre un sistema de ferrocarriles, y que debiera retomarse por sus efectos positivos en términos de inversión, empleo y movilidad.
Fecha de publicación: 23-05-20
Por: Roberto Gutiérrez Martínez
En anterior artículo se expuso sobre la historia de los ferrocarriles en Guatemala, refiriendo los conocidos como: Central, Occidental y el Ferrocarril Nacional de los Altos. El primero de ellos, el Ferrocarril Central, hacía el recorrido del Puerto de San José a la Capital; el segundo, Ferrocarril Occidental partía del Puerto de Champerico, pasaba por Retalhuleu y continuaba a Mazatenango, conectándose con el Ferrocarril Central para llegar hasta la Capital de Guatemala. Y el tercero, el Ferrocarril Nacional de Los Altos, que hacía el recorrido de San Felipe Retalhuleu a la Ciudad de Quetzaltenango.
En el presente artículo se incluye la historia de otros tres ferrocarriles, con los cuales se completaba el sistema ferroviario que hace un siglo funcionaba en el país.
Uno de estos, el “Ferrocarril de Ocós”, partía del Puerto del mismo nombre en el Departamento de San Marcos, y recorría una distancia de 48 kilómetros hasta Coatepeque. Este fue un ferrocarril cuya propiedad fue en su mayoría privada, siendo uno de sus socios y promotor el señor Enrique Neutze. El ferrocarril fue inaugurado en 1896 en su primera parte; y la segunda, que corría de Coatepeque hasta Ayutla (hoy Tecún Umán) se concluyó en 1915, con un recorrido total de 55 kilómetros.
Otro importante fue el “Ferrocarril Verapaz”, construido y de propiedad de alemanes liderados por el señor Willy Dieseldorff. Este ferrocarril hacía un recorrido de 45 kilómetros desde el puerto pluvial de Panzós hasta Pancajché, Alta Verapaz. Se inauguró en 1898 y permitió el transporte de café desde las fincas productoras de las verapaces hasta el puerto de Livingston, desde donde se embarcaba el producto hacia Hamburgo, Alemania. Este ferrocarril fue expropiado a sus propietarios durante la 2da guerra mundial; finalmente dejó de operar en 1963.
El “Ferrocarril del Norte”, fue iniciado en 1883 durante el gobierno del General Justo Rufino Barrios con el propósito de conectar la Capital de Guatemala con Puerto Barrios. Para su financiamiento el Gobierno emitió un Decreto en agosto de aquel año, mediante el cual se obligaba a todos los guatemaltecos que ganaran 8 pesos mensuales o más a comprar acciones del mismo, hasta por un monto de 40 pesos. Sin embargo, el General Barrios utilizó los fondos recaudados para la guerra en la que pretendía unir a Centroamérica, confrontación en la que el 2 de abril de 1885 perdió la vida. Después de unos años, y ya durante el gobierno del General Reina Barrios se retomaron los trabajos desde Puerto Barrios, llegando hasta Zacapa en un recorrido de 160 kilómetros, para luego continuar hasta el Rancho (el Progreso), a tan solo 100 kilómetros de distancia de la Capital. Todo ello en el año 1896. Al año siguiente, 1897, los precios del café sufrieron una caída estrepitosa -de 32 a 8 pesos-, lo que afectó la economía nacional, con lo que se suspendieron los trabajos del ferrocarril, reiniciándose durante el gobierno del Licenciado Manuel Estrada Cabrera, quien decidió la venta del ferrocarril, para lo que celebró contrato con Minor Keith y W. Van Horne en 1903, quienes aportaron los recursos para concluir el tramo faltante hasta alcanzar los 312 kilómetros que unían la Capital con Puerto Barrios; éste ferrocarril funcionó desde 1908 hasta 1990.
De manera que en Guatemala funcionaron los siguientes ferrocarriles: el Central, el Occidental, el Verapaz, el de Ocós, el del Norte y el Ferrocarril Nacional de los Altos. De estos, exceptuando el Ferrocarril Nacional de los Altos, la IRCA (International Railways of Central América) pasó a ser, desde 1912 y por 99 años, la única concesionaria; pero en 1968 la IRCA entregó los bienes al Gobierno guatemalteco por impago de obligaciones con el Estado, con lo que el gobierno creó FEGUA, (Ferrocarriles Nacionales de Guatemala), entidad ésta que igualmente suspendió operaciones en 1995. Dos años después el Gobierno de Guatemala, mediante concurso internacional, concesionó la explotación del derecho de vía por 50 años a la compañía canadiense Railroad Development Corporation, RDC, la que, al no lograr sus planes, demandó al Estado de Guatemala en el año 2007 en un litigio que Guatemala perdió (en el año 2013) obligándole a cancelar a RDC 14.6 millones de dólares.
Al día de hoy FEGUA conserva el 82% de las acciones de Ferrovías de Guatemala, con el derecho sobre los casi 800 kilómetros de “derecho de vía” en el país. En los últimos años ha habido demostración de interés por invertir en los ferrocarriles de Guatemala por parte de varias empresas y países.
Opino que para Guatemala el retomar la construcción de un sistema de ferrocarriles sería una inversión importante y de efectos estratégicos en términos de transporte y de movilidad para el país; podría, si se hacen los arreglos adecuados, vincularse con el Tren Maya de México (en proceso de construcción). Este se perfila con un recorrido de 1,460 kilómetros, pasando por los Estados de Tabasco, Campeche, Chiapas, Yucatán y Quintana Roo. Está diseñado para movilización de personas y especialmente de turistas.
Seguramente cuando pase este periodo de incertidumbre por la pandemia, el tema del sistema de ferrocarriles de Guatemala será retomado.