De migraciones, coyotaje y autohoteles

Por supuesto que estas son también causadas por el atractivo de mejores oportunidades en otros destinos.

Fecha de publicación: 02-12-21

Por: Roberto Gutiérrez Martínez

Hace 7 millones de años se originó en África el primer homínido bípedo; pero no fue sino hasta hace 2 millones de años que descendientes de aquellos homínidos salieron por primera vez de ese Continente, con lo que se realizó la primera gran migración de la historia humana. En esa ocasión el viaje fue hacia el Asia, llegando a lugares tan lejanos como la Isla de Java. Un millón de años mas tarde se dio la siguiente gran migración, ésta vez a Europa y nuevamente al Asia. Los migrantes en ésta segunda ocasión fueron de la especie Homo heidelbergensis, que tuvieron la capacidad de adaptarse a los intensos fríos de los Alpes, del Cáucaso e incluso del Himalaya. Y la última de las emigraciones se dio medio millón de años después, migración de la que procedemos todos los habitantes actuales del planeta. Por tanto, podemos afirmar que hace un tiempo, todos fuimos africanos e inmigrantes.

La historia también nos enseña que lo que dio cauce a la evolución humana fueron varias causas, entre ellas: el andar en dos pies, liberando las manos para actividades variadas; el aumento de la masa cerebral (de 600 a casi 1,500 gramos); y la salida de África, la migración, la que en aquellos lejanos tiempos fue producto de las grandes crisis ambientales originadas en la naturaleza. Hoy día, a diferencia de lo que sucedió hace millones de años, somos los humanos los que estamos generando los cambios ambientales, dando como consecuencia grandes migraciones. Por supuesto que éstas son también causadas por el atractivo de mejores oportunidades en otros destinos.

Es importante volver a insistir en que las migraciones de los primeros humanos no fueron voluntarias ni conscientes, sino causadas por cambios climáticos y ambientales, lo que se sigue produciendo hasta nuestros días. Hoy, como ayer, buena parte de la migración es causada por fenómenos a los que llamamos naturales, por la entropía que hace aumentar el desorden y degradación natural, provocando terremotos, inundaciones, deslaves; los que como consecuencia causan perdida de los bienes (pocos o muchos) que las personas poseen, empobreciendo aún más a familias que pasan al lamentable estado de miseria. Claro está que las emigraciones de hoy día son también causadas por otros factores, entre ellos la inseguridad, la persecución política y, por supuesto, la ilusión de encontrar mejores oportunidades de ingresos en lugares lejanos a su natal terruño.

El mes pasado se realizó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 -COP26-, y preocupa sobremanera que no se hayan logrado resultados halagüeños, con lo que se seguirá deteriorando el medio ambiente, por lo que es previsible que se sucedan mas catástrofes en la naturaleza, con la consecuente destrucción de bienes y la obligada migración de las personas afectadas.

Sobre otra de las causas de migración, la “económica”, sabemos que esta es producto del desbalance provocado por la gran demanda de mano de obra en los E.E.U.U. de América -la economía mas grande del mundo-; que contrasta con la de nuestro país -Guatemala- en donde la empleabilidad es insuficiente; e inequiparable, en términos económicos (en los EEUU, pagan hasta US$ 15.00 equivalentes a Q120.00 por hora; versus Q10.00- Q12.00 por hora en nuestro país). De manera que es casi imposible frenar la emigración ante atractivo tan grande. Por ello seguirá aumentando el número de guatemaltecos en los E.E.U.U. que ya supera los tres millones.

Hay que agregar al problema los llamados “coyotes”, esos oscuros individuos que organizan y “facilitan” la emigración ilegal a los E.E.U.U. cobrando hasta cien mil quetzales por persona. Los coyotes reciben (según Prensa Libre 8/11/2021) cerca de 1.2 mil millones de dólares al año, esto es mas de nueve mil millones de Quetzales anuales. Una pregunta obligada es: ¿en que emplean los coyotes esas fortunas?. Me parece que parte de los recursos se “invierten” en esos miles de moteles (llamados auto hoteles), en gasolineras (que facilitan el lavado de dinero), e incluso en supermercados, según indica el mismo diario antes indicado. Los moteles han proliferado en todas las poblaciones del país, de manera absurda y descarada, encontrándose en los lugares más inesperados. Es vergonzoso ver en la autopista de ingreso a Quetzaltenango, en una carretera de 8 kilómetros 12 de estos moteles o auto hoteles.

Y de que tributen con impuestos, definitivamente no. En una ocasión sugerí a la dirección de la SAT de la Ciudad una inspección, sugiriendo que se revisara si tributaban el ISR (impuesto sobre la renta de personas jurídicas lucrativas); y si los “clientes” que hacen uso del motel pagaban el IVA (asunto que obviamente no sucede por la secretividad con que actúan). Para ello recordé a la dirección de la SAT que al famoso gánster Al Capone lo capturaron, enjuiciaron y condenaron por no pagar impuestos. Pero en Quetzaltenango no se atendió la sugerencia, y todo sigue igual.

Concluyo estos breves comentarios indicando que la emigración es un derecho humano que debe ser facilitado en condiciones adecuadas, sean éstas causadas por decisión personal (búsqueda de mejores oportunidades en otros lares), u obligadas por causas de la naturaleza, por pobreza o por persecución política. Pero así como es un derecho humano, también debe ser una obligación de los Estados el acoger a los inmigrantes de manera digna, ordenada y acorde a tratados internacionales claros y consensuados.

Francisco Roberto Gutiérrez Martínez

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