¿Qué podemos esperar en Quetzaltenango del nuevo gobierno local?

Fecha de publicación: 01-08-19

La Municipalidad cuenta con 1,200 empleados –sindicalizados la mayoría–, que no cumplen a cabalidad con sus responsabilidades.

Por: Roberto Gutiérrez Martínez

El Municipio de Quetzaltenango ha sido gobernado durante los últimos 16 años por autoridades municipales que lo han llevado al desorden generalizado, por decir lo menos. Hoy, a causa de esa mala dirección la Ciudad ha decaído y el área rural empobrecido, extremos que se evidencian por la mala calidad de servicios, entre ellos la recolección y depósito de basura, el suministro de agua y luz, el sistema de drenajes y la prácticamente completa destrucción de la capa asfáltica de las calles y avenidas. A ello se agrega el desorden generalizado en la movilidad urbana; el crecimiento desaforado de ventas informales en prácticamente todas las calles, y los mercados desbordados. La Municipalidad cuenta con 1,200 empleados –sindicalizados la mayoría–, que no cumplen a cabalidad con sus responsabilidades. Y podría ampliarse el listado de deficiencias, algunas que ameritan destacarse.

Una de ellas se refiere al servicio de energía eléctrica. Como sabemos, la Municipalidad cuenta con una “Empresa eléctrica”, cuya gobernanza está manejada por la alcaldía, por lo que a falta de autonomía se ha convertido desde hace años en la proveedora de recursos financieros a la Municipalidad, con lo que la Empresa eléctrica no ha tenido suficiente recurso para reinversión; a ello se agrega el que no han logrado un arreglo con el proveedor de la energía: el INDE. Debido a ello, el INDE no invierte en transformación, a la vez que no provee más que los 50 Megavatios que actualmente se consumen, con lo que la Ciudad está imposibilitada de nuevas inversiones que requieran energía eléctrica. Un pequeño avance ha sido el establecer un nuevo pliego tarifario.

Otro problema que se ha procrastinado es el del sistema de alcantarillados y drenajes, por lo que la Ciudad se inunda en los recurrentes inviernos, con los consabidos problemas que ello ocasiona a buena parte de los vecinos. Por si fuera poco, varios de los servicios que provee la Municipalidad no se cobran a todos los usuarios por la mediocridad en los controles.

Causa fundamental del desorden ha sido el descontrol en las finanzas municipales, las que han sido manejadas de manera poco transparente e ineficiente. Cabalmente en el período del Licenciado Rolando Barrientos el BID –Banco Interamericano de Desarrollo– donó tecnología y equipos para un mejor manejo de la contabilidad y finanzas del Municipio, habiendo sido descartado el uso del sistema por oscuros intereses. El BID donó también una serie de estudios dentro del proyecto denominado: “Iniciativa de Ciudades Emergentes y Sostenibles” –ICES–, estudios que incluyen propuestas técnicas para el manejo fiscal municipal, al que denominaron como “Las cuentas claras”; otro para el manejo del agua potable, con el título de: “El agua viva”; otro para la limpieza de la ciudad: “La Ciudad limpia”; y uno para el ordenamiento territorial: POT. Estas propuestas realizadas por expertos de alta calidad no han sido implementados, excepto el último –el POT–, que ya ha sido publicado en el Diario Oficial, con lo que es de aplicación obligada, aunque hay una oposición de las áreas rurales que se niegan a aceptarlo por variadas razones, algunas corregibles y otras por intereses de algunos COCODES que lucran actualmente con asuntos que competen a la Municipalidad.

En síntesis, los tres periodos del Alcalde Rolando Barrientos fueron perdidos pues las decisiones tomadas en su Concejo empobrecieron la cultura quetzalteca al permitir, con gran y graciosa liberalidad, que los vecinos hicieran lo que les viniera en gana. Ahora estamos por concluir el período del Licenciado (en Ciencias Políticas) Luis Grijalva, quien con su Concejo no logró revertir la decadencia a la que los anteriores Concejos la condujeron.

Hubiéramos deseado una mejor calidad de candidatos para el periodo 2020-2024, y aunque participaron 23, ninguno generó entusiasmo, con lo que el voto se dividió, dando como resultado que el ganador fue el señor Juan Fernando López, quien participó por el partido Humanista, transfugando a los pocos días al partido UNE. El cambio del partido pareciera un error, pues se traslada al partido que no votaron los quetzaltecos del Municipio, pues el partido UNE quedó en un quinto lugar de preferencia en la votación presidencial.

Las propuestas de trabajo que ha avanzado realizará el señor Juan Fernando López están en la línea equivocada. Una de ellas es la cancelación del Plan de Ordenamiento Territorial (POT) –se presume por solicitud que le hacen sus votantes del área rural– quienes como dicho, están oponiéndose al mismo por razones injustificadas. Otra propuesta que ha comentado es crear dos entidades: una fábrica de asfaltos y un instituto tecnológico, que podrían ser interesantes, pero no manejadas por la Municipalidad, la que históricamente ha demostrado incapacidad para manejar siquiera lo más indispensable, como son los servicios públicos. Otro proyecto que entusiasma al Alcalde electo es la construcción de “pasos a desnivel”. Parece que por la oferta que recibió de la UNE para financiarle estos pasos a desnivel, así como reducir el adeudo al INDE obedece el traslado de partido. El problema es que Quetzaltenango ya sufrió de la construcción de un paso a desnivel que, además de carísimo, fue muy mal construido causando más problemas que solución. Ello se gestó durante el gobierno de la UNE cuando el Licenciado Rolando Barrientos fungía como Alcalde. El problema del tráfico vehicular en Quetzaltenango se resuelve ordenándolo; no hay necesidad de pasos a desnivel.

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