Sucesos en Quetzaltenango los meses previos a la Independencia
Habían procurado alcanzar mayor autonomía en varias oportunidades.
Fecha de publicación: 09-09-21
Por: Roberto Gutiérrez Martínez
Como sabemos, la revuelta del coronel Rafael de Riego de enero del año 1820 obligó al rey Fernando VII a restablecer la Constitución de Cádiz, con lo que los súbditos americanos —el Reino de Guatemala incluido— adquirieron nuevamente el derecho a participar en los procesos electorales constitucionales.
De esa cuenta, el día 13 de octubre de 1820 el Ayuntamiento de Quetzaltenango se reunió de forma “secreta” para que el corregidor, don Juan José de Echeverría y Martínez de Lejarza, no asistiera ni se enterara del asunto a tratar, pues en esa reunión se discutió sobre búsqueda de la autonomía regional de Los Altos, y para ello se nombró al doctor Cirilo Flores para acudir a la capital a solicitar apoyo económico que serviría para enviar al padre Marroquín como diputado a las nuevas Cortes. Quetzaltenango solicitaría el estatus de Provincia, acorde al artículo 325 de la Constitución, lo que le daría derecho a su propia Diputación Provincial; pero como había sucedido en anteriores gestiones, la capital de Guatemala rechazó la solicitud quetzalteca. Poco tiempo antes, en el año 1819, había recibido la negativa a otro intento de autonomía de la capital, con la solicitud iniciada desde 1814 ante las Cortes de Cádiz para hacer de Los Altos una Intendencia. En esa ocasión la gestión la había realizado José Cleto Montiel, cura de Momostenango, y en la resolución final el rey Fernando VII había desestimado la solicitud quetzalteca.
Estas reiteradas negativas fueron dando pábulo a tomar una resolución oportuna, la que finalmente llegó el 2 de febrero de 1838 cuando se decretó el efímero Estado de Los Altos, asunto que preveía la Constitución federal vigente en aquel momento.
Como hemos mencionado en anterior artículo (elPeriódico, 12 de agosto), la racionalidad que estaba atrás del esfuerzo por lograr mayor autonomía para Quetzaltenango era por la economía. Consta que en esas fechas los comerciantes y los artesanos de la región de Los Altos eran afectados por la introducción de textiles británicos que competían con los producidos en la región, debido a la política de libre comercio promovida por el Consulado de Comercio. Por ello los quetzaltecos buscaron apoyo político en el partido de José Cecilio del Valle, quien había sido electo y con quien mantuvieron una estrecha relación.
Además de cobrar impuestos a los artículos producidos en Los Altos, los comerciantes de la capital (el “clan Aycinena”) monopolizaban el comercio y se oponían a la construcción de un puerto en el Pacífico (Ocós), y de una carretera que les permitiera a los quetzaltecos facilitar sus relaciones comerciales con el exterior de forma directa.
A inicios del año 1821 hubo elecciones para el nuevo Ayuntamiento Constitucional, para el que fueron electos como alcaldes don José Hilarión Suasnavar y Francisco Flores, y como síndicos el doctor Cirilo Flores, Manuel Martínez Aparicio, Tomás Marroquín, Agustín Escobar, Hipólito Meoño, José María Escobar, Florencia Parrilla, Isidoro Alegría y Tiburcio Méndez. Entre las primeras decisiones del Concejo Municipal estuvo el exigir la renuncia del corregidor, quien representaba los intereses capitalinos.
Por los acontecimientos sucedidos en la península el corregidor Echeverría se vio obligado a dimitir, entregando el cargo de corregidor el día 30 de septiembre (de forma temporal pues pronto se cancelaría dicha función) a don Manuel Martínez Aparicio, quien integraba en ese momento el Ayuntamiento. Don Manuel Martínez Aparicio utilizaba en esa época su nombre sin el “Martínez” por decisión propia, y, según explican descendientes suyos, por causa de un disgusto con su padre, por razón de que este era monárquico y aquel independentista.
Entre otros importantes asuntos, el nuevo Ayuntamiento discutió sobre la conveniencia de eliminar los cargos de gobernador indígena y el cabildo indígena, habiendo finalmente decidido conformar un cabildo mixto, integrándose a partir del 3 de enero de 1821 un Concejo integrado con cuatro principales quichés y ocho “ladinos”, jurando en esa fecha los cargos respectivos.
En todo este tiempo, desde inicios del siglo XIX, Los Altos, bajo el liderazgo de Quetzaltenango, habían procurado alcanzar mayor autonomía en varias oportunidades, todas denegadas por los diputados de la capital. Una primera y de larga data fue la solicitud para convertirse en Intendencia (1814-1819); una segunda la explicada arriba; la tercera cuando se presentó formalmente y amparados en la Constitución federal, solicitud por constituirse en Estado (1824); una cuarta gestión de carácter diplomático ante el presidente doctor Mariano Gálvez (1836); todas estas desechadas. Luego, el 15 de noviembre de 1821 Quetzaltenango se adhirió al Imperio mexicano de Iturbide, buscando fortalecer su posición ante la capital, la que finalmente en enero de 1822 también se anexó al Imperio mexicano. Hasta que finalmente, cuando la caída del gobierno de Mariano Gálvez, y por un breve periodo (1838-1840), se constituye el Estado de Los Altos o Sexto Estado, el que nuevamente resurge en 1847 por breve periodo.
Los Altos, como se conocía la región, incluían un territorio relativamente grande, incluso mayor que el resto de Guatemala, pues se integraba con Chiapas, Soconusco, Quetzaltenango, Suchitepéquez, Sololá, Totonicapán y los ahora departamentos de San Marcos, Retalhuleu, Huehuetenango, el Quiché y parte del Petén.