De una lectura rápida e inopinada de este titular, se podría deducir que para el desarrollo del país es suficiente contar con capitales financiero-económicos. Como veremos en el presente texto, estos son necesarios, pero no son los únicos ni los más importantes.
La realidad es que para una tarea tan compleja como promover el desarrollo de Guatemala, si lo asumimos de manera integral, se requiere de otros capitales, entre ellos el social, el humano, el de la naturaleza, y el del conocimiento, los que en orden a su importancia expondré a continuación.
El primero es el Capital Social, que se refiere básicamente a los niveles de cooperación, de confianza, de asociatividad y de civismo que se dan en una sociedad en la que la persona tiene preeminencia en relación al Estado, rigiendo su propia vida, bajo un sistema de normas republicanas, y sin una relación de dependencia paternalista. Esto es, la sociedad civil resolviendo sus problemáticas y aspiraciones, acorde a sus auténticos intereses y esfuerzos.
Desde esta perspectiva el Capital Social es el elemento central para construir el desarrollo en una sociedad abierta, porque parte de la confianza entre las personas, la que se convierte en cooperación y solidaridad, lo que a su vez se transforma en asociaciones muy variadas, en donde la participación es la consigna. Un segundo capital es el Capital Humano el que se concibe como aquel que se forma con la educación, con la salud, y con la capacitación que la comunidad tenga, así como el acceso a servicios básicos en general, a la recreación y a la vivienda. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ha elaborado un indicador del nivel de capital humano de una sociedad, al que llaman “índice de desarrollo humano”, el cual permite monitorear los avances que se tienen de un año a otro.
El tercero de los capitales necesarios para el desarrollo, y quizás el más reconocido como tal, es el Capital Material, en el cual incluimos cuatro de sus aspectos centrales: la tecnología, la infraestructura, el medio ambiente y la economía. Por tecnología nos referimos al conocimiento científico que se ha transformado en aparatos o medios para hacer el trabajo y la vida más eficiente, más productiva, y más cómoda. La infraestructura es otro elemento central en el Capital Material; y no se trata solamente de carreteras, puertos o aeropuertos, sino también de comunicaciones de telefonía y de conectividad, así como de la generación de energía eléctrica, y el acceso que los hogares y empresas tienen a estos servicios. La recuperación y mantenimiento del medio ambiente es el reconocimiento de que si destruimos “la casa” no tendremos en dónde vivir; es reconocer que el desarrollo debe pensarse para las siguientes generaciones. En cuanto al capital económico-financiero, y que incluimos dentro del Capital Material, sabemos que la economía de un país se mide por medio del Producto Interno Bruto (PIB), el cual se calcula con la suma del valor agregado de la producción total en un año. Para el caso guatemalteco el PIB del último año (2005) fue de cerca de 270 millardos (miles de millones) de quetzales, equivalente a unos 36 mil de millones de dólares norte americanos.
El cuarto de los capitales a que nos referimos es el Capital Intelectual o capital del conocimiento. Este es la sabiduría social, los saberes del pueblo, la innovación. Significa las tradiciones e historia que los grupos humanos han construido y transmitido de generación en generación, recogiendo las experiencias y aprendizajes históricos. Se trata por ejemplo de conocimientos sobre medios y métodos naturales para preservar o conservar la salud; conocimiento histórico sobre el comportamiento de la naturaleza, entre otros.
Como parte del capital del conocimiento incluimos la cultura de innovación, que es esa búsqueda permanente de procesos o sistemas que mejoren la eficacia del trabajo, de las relaciones sociales, y del nivel de vida en general. La innovación es lo que hace la gran diferencia y los grandes cambios que van dándose en los grupos humanos.
Estos capitales, el social, el humano, el material y del conocimiento deben fomentarse para el logro de un desarrollo integral, que tome en cuenta todas las aspiraciones de la persona humana, dentro del marco de su cultura, de sus aspiraciones y de sus posibilidades.
Es pues obligado, si queremos promover un desarrollo congruente y consistente para Guatemala, avanzar paralelamente en los cuatro capitales, pues uno solo de ellos, o dos o tres, nos dejarán siempre con debilidades que inhiben las posibilidades de alcanzar una verdadera mejoría para todos.