De la integralidad que debe tener el desarrollo del país.
Junio 2006
Cuando hablamos de desarrollo podemos tener la tentación de pensar que este se alcanza con el crecimiento económico, y que lo demás vendrá “por goteo”. Nada más alejado de la realidad, puesto que, aun cuando el crecimiento económico es un factor determinante, este no es ni el único ni el más importante.
El desarrollo es una noción holística por cuanto tiene que ver con todo lo que rodea a la persona, esto es: su medio ambiente, su cultura, sus instituciones. Por tanto, una forma de visualizar el desarrollo es a partir de la conceptualización sistémica, lo cual significa abordarlo desde cuatro grandes subsistemas, a saber, desde el político o institucional, desde el social o cultural, desde el biológico o de la naturaleza, y desde el económico.
En el primer ámbito, el político o institucional, lo que se propone para una sociedad como la nuestra, que busca desarrollarse, es el fortalecimiento de las instituciones que conforman el Estado, y especialmente, del fortalecimiento de su institucionalidad democrática, orientada hacia una democracia representativa construida sobre procesos participativos. Hay algunas entidades que proponen que esta es la entrada adecuada para propiciar el desarrollo, argumentando que con un sistema constitucional propicio se tiene lo básico, y que lo demás viene a partir de actuaciones de las personas conforme a esas normativas.
Otra forma posible para promover el desarrollo del país es desde el ámbito de lo social o cultural, y en ello se plantea que para alcanzar un nivel de desarrollo adecuado lo primero es satisfacer las necesidades básicas de la población, es decir salud, alimentación, vivienda, vestuario, educación, distracción y seguridad. En esta propuesta se sitúan también aquellos que ven que la cultura es un elemento central para el desarrollo, por cuanto hay culturas más proclives que otras a fortalecer estos elementos. Una forma de ver esta entrada al desarrollo desde lo social puede visualizarse con la teoría denominada Pirámide de Maslow, que explica que lo primero que busca una persona es satisfacer sus necesidades básicas, comida, vestido y techo, siendo estos elementos la base de la pirámide; luego en un segundo gradiente busca la seguridad; más arriba en la pirámide se sitúa la autoestima y la pertenencia, hasta alcanzar la cúspide de esa pirámide, que plantea la autorrealización como el nivel más alto. Si se midiese el desarrollo de Guatemala bajo la teoría de Maslow veríamos que la mayor parte de la población se debate en el primero de los gradientes, lo que significa que la mayoría de personas no satisfacen sus necesidades básicas, y difícilmente satisfacen sus necesidades del segundo gradiente, la seguridad. Ello no significa que no aspiren llegar a los gradientes superiores de esa pirámide.
Otro subsistema que puede servir para acceder a estrategias de desarrollo para el país es el biológico o de la naturaleza, el cual toma en cuenta especialmente la salud y la alimentación. Pero dentro de lo biológico se considera también algo fundamental, como lo es la protección del medio ambiente, de la naturaleza, y su recuperación en aquellos casos en que se haya deteriorado. Este planteamiento hace mucho sentido por cuanto debe procurarse una protección del medio ambiente que permita que el desarrollo que se tiene hoy puedan disfrutarlo las siguientes generaciones. Es, por tanto, una visión de desarrollo transgeneracional, que busca que no se anulen oportunidades futuras, de manera que las siguientes generaciones puedan disfrutar de los bienes que provee la naturaleza, a partir de que se utilizan de manera racional.
Y el cuarto de los subsistemas propuestos para la promoción del desarrollo del país es el que identifica el tema económico como una entrada al desarrollo. Este parte de la premisa de que en la medida en que la persona pueda obtener los ingresos necesarios y suficientes, en esa medida estará en capacidad de satisfacer de manera autónoma sus necesidades, de acuerdo con sus aspiraciones y cultura. Esta propuesta de entrada al desarrollo por la vía de lo económico no anula las otras visiones. Para ello debe propiciarse una economía que permita que las personas por sí mismas, a partir de sus propias decisiones y de sus propios intereses puedan ir satisfaciendo todas las necesidades y demás elementos mencionados, que les permita alcanzar una vida “más humana”.
Lo importante cuando se habla de estrategias para promover el desarrollo nacional es tomar en cuenta que no puede irse por una sola vía, sino que hay que promoverlo de forma integral, sin descuidar ninguno de los subsistemas indicados.