“El mercado interno no ha tenido apoyos desde el Estado”
Octubre 2008
El mundo globalizado está hoy sufriendo la incertidumbre generada por la explosión de las burbujas financieras creadas por especuladores en los Estados Unidos de América, y cuyas consecuencias están afectando a prácticamente todo el mundo con pérdida de empleos, de ahorros y, desgraciadamente, incluso de la vida de algunas personas que en la desesperación se han privado de la vida. Y la base de la debacle se encuentra en la ambición de algunos inescrupulosos y amorales individuos, dirigentes de empresas financieras que jugaron con los números en una economía “ficticia”.
Ante esta situación, y dado que afecta a Guatemala, es obligado reflexionar y buscar mecanismos que ayuden a paliar la crisis, y quizás, a encontrar mejoras en la tarea de fortalecer la economía real. Para ello, una estrategia adecuada y prudente puede ser apoyar el mercado interno. Pero, ¿en qué consiste éste? El mercado interno es la suma de la producción total del país más las importaciones, menos las exportaciones y la inversión (ésta última conocida como formación bruta de capital).
El monto al que asciende el mercado interno guatemalteco fue, para el año 2006, de 213 millardos de quetzales, (doscientos trece mil millones de quetzales), y su crecimiento en los últimos cinco años en términos reales ha sido muy modesto, de cerca del 0.1% anual. Aun así, la contribución que hace al fisco el mercado interno alcanza al 93% de la totalidad de impuestos percibidos, de manera que se puede colegir que el mercado interno es el que verdaderamente sostiene al Estado nacional. Pero sin embargo no ha tenido nunca un apoyo adecuado del Estado para su consolidación y crecimiento.
Por ejemplo, no ha gozado de la construcción de sistemas de inteligencia de mercado, como si lo tienen las exportaciones; ni de infraestructura para la producción, ni de sistemas de comunicación para intercambios más fáciles; ni de tecnologías, ni de capacitaciones. Los modestos esfuerzos para este propósito han sido aislados y sin mayor incidencia. Y el mercado interno ha funcionado por siempre de manera empírica, desordenada, perdiéndose oportunidades de aumentar los beneficios en favor de los productores. Un apoyo real del Estado para el mercado interno permitiría aumentar la producción nacional, generar empleo y riqueza, y como consecuencia, aumentar la demanda por productos y servicios producidos en el país. Hoy por hoy los productores agrícolas, pecuarios, de pequeña industria y artesanías, y de bienes en general, lo hacen con información muy limitada, pues no hay sistemas de intercambio de conocimientos; de manera que por ejemplo, un productor de hortalizas en San Marcos, o Sololá, o Almolonga produce con la poca información que logra captar en los mercados de los pueblos y ciudades, al no existir un sistema formal de información.
De igual manera, los productores no reciben capacitación ni tienen acceso a tecnologías para mejorar su productividad. Ni cuentan con buenos caminos de acceso a las zonas de producción, con lo que pierden tiempo valioso para sacar sus productos; y el acceso a créditos y asistencia técnica es proveído de manera aislada por entidades no gubernamentales en algunos territorios del país, pero con una incidencia aun limitada.
Estamos en el tiempo adecuado para cambiar estas lógicas que mantienen atados a los productores; es solo cuestión de que el gobierno se decida a ver al país hacia adentro, y no solo esperar que de las exportaciones vendrán los empleos, los impuestos y la solución al problema económico cada día más veleidoso.
Si tomáramos como ejemplo el servicio de turismo, el planteamiento es que se promueva y facilite el turismo interno, para lo cual debería de mejorarse la infraestructura de carretas, la seguridad, la promoción de hospedajes adecuados, la capacitación en hospitalidad, y todo aquello que contribuya a dar al turismo comodidad y seguridad. Esta tarea debiera ser abordada con decisión con el respaldo del INGUAT, con la certeza que se contribuirá con varios resultados: por una parte, los anfitriones podrán entrenarse mejor; por otra, se mejora la seguridad al saber que los connacionales estarán llegando; se mejora la infraestructura. Se mejora la dirección de los centros turísticos.
Se puede motivar para que las empresas que cuentan con amplios recursos humanos faciliten que sus trabajadores viajen a distintos destinos del país, proporcionándoles la información y los medios para disfrutar durante las vacaciones de las bellezas que se encuentran en diversos sitios del territorio guatemalteco.
La crisis que se avecina como muy seria, puede ser la oportunidad para que, sin dejar de apoyar los sistemas de producción y exportación tradicionales y no tradicionales, se implementen estrategias complementarias que coadyuven para sostener la economía mediante el fortalecimiento del comercio interior.