Emprender una actividad Productiva significa un mejor destino
Septiembre 2009
La pobreza en Guatemala continuará a menos que se fortalezca nuestro sistema económico. Y para que el sistema económico sea más sólido se requiere de más y mejores empresas productivas, sean éstas micro, pequeñas, medianas o grandes; no hay otra vía, pues lo que genera la riqueza (antónimo de pobreza), son las empresas que no solo proveen productos y servicios, sino que generan empleos y autoempleos y aportan recursos fiscales al Estado. Este es el proceso de creación de riqueza que, para que sea equitativo debe incorporar en sus beneficios a todos los que participan en ella.
La actual crisis financiera internacional está inhibiendo la creación de nuevos emprendimientos, provocando también el cierre de muchas empresas, con los daños consiguientes, entre ellos el más grave: el desempleo. Conviene, por tanto, procurar que las empresas actuales perduren en el tiempo.
Las empresas que perduran se constituyen en auténticas instituciones, trascendiendo sus fines primarios, esto es, la rentabilización a partir de la prestación de servicios. El considerarlas “institución” deviene de su permanencia en el tiempo, pero también porque con su actuar establecen unas “reglas del juego” para la actividad en la que se encuentran. Adicionalmente éstas han generado una serie de empresas derivadas, muchas de ellas constituidas por colaboradores que se retiran y fundan su propio negocio. Son también instituciones por cuanto han superado crisis, no solo las internas inherentes al negocio, sino las externas, las que vive el país. Y en nuestro caso las crisis “de país” han sido recurrentes; hemos tenido una crisis económico-financiera cada 10 años (1979, 1989, 1999,2009); una política cada 4 años con motivo de las elecciones; y las crisis sociales son, desafortunadamente, permanentes. Pero la peor crisis ha sido sin duda el enfrentamiento armado que durante casi 40 años causo tanta muerte y destrucción, reduciendo la inversión a causa de la inseguridad. Otras crisis muy severas han sido las causadas por los cambios en los precios y suministro del petróleo.
Habida cuenta que la gran mayoría de empresas guatemaltecas son familiares, un elemento fundamental para que éstas trasciendan en el tiempo, -perduren-, es saber administrar la sucesión familiar, lo cual debe manejarse profesionalmente, de preferencia por una persona ajena a la familia. El aprendizaje trasladado de generación en generación permite superar las dificultades de toda índole. El proceso de sucesión familiar requiere configurar una “Carta familiar” (una especie de constitución), en un proceso formal asistido por profesional.
Obviamente el éxito de una empresa se basa en contar con un modelo de negocio que permita prestar un servicio o producto a la comunidad, la que al estimarlo retribuye a la misma con sus compras. Pero lo que verdaderamente permite que una empresa perdure en el tiempo son los valores con que ésta se maneja. Estos valores normalmente son los mismos que viven los fundadores en sus familias, por lo que se viven de manera auténtica y coherente.
Emprender y dirigir una actividad productiva significa liderar a un grupo humano hacia un mejor destino; con ello se está contribuyendo con la sociedad, pues se provee satisfactores, empleo, y un mecanismo para interrelacionar a las personas. La empresa es un medio para la formación de capital social en la sociedad, y el capital social es un elemento básico para abatir la pobreza.