La incertidumbre institucional y sus consecuencias
Fecha de publicación: 10-10-19
Esta tarde FUNDESA abordará durante el ENADE el tema “fortalecimiento institucional”
Por: Roberto Gutiérrez Martínez
Imagine, estimado lector, que en un campeonato de fútbol no hubieran árbitros ni reglas de juego; ¿qué podría suceder? Seguramente si el centro delantero de uno de los equipos contendientes fuera Armando Maradona, este seguiría metiendo goles con las manos, como en aquel famoso campeonato. Y consecuentemente el juego sería rudo y salvaje. Podría ser que incluso se utilizaran varias pelotas en el mismo evento. ¿Por qué no?, si en última instancia las decisiones de cómo jugar las tomarán los jugadores antojadizamente.
Algo similar, en cuanto a desorden y hasta anarquía, sucede en una sociedad cuando la “norma” es falta de certeza e incertidumbre en las instituciones, pues como sabemos, las instituciones son “como las reglas del juego que rigen la relación conductual entre individuos y grupos”, en donde las instituciones actúan como catalizadores y facilitadores en las relaciones interpersonales, ayudando a definir las expectativas que estos tienen en sus relaciones, tratos y contratos.
Problema mayor lo genera el Estado cuando impone reglas inconsistentes, inestables e inconstantes, pues con ello los actores sociales no tienen una certeza que les facilite la toma de decisiones. La falencia se concreta en varios asuntos de la vida en sociedad; uno al que hago referencia por su importancia es la economía, en donde las inversiones y los contratos entre personas y empresas requieren de certeza para planificarse; y cuando las instituciones no son claras y concisas el riesgo es muy alto y el costo transaccional se eleva, con lo que las inversiones se retractan, con las consecuencias que ello conlleva en términos de falta de generación de empleo y creación de riqueza.
La incertidumbre institucional y la discrecionalidad que ello genera provoca grandes obstáculos a la inversión y como consecuencia al crecimiento económico, resultando en altos costos transaccionales e inhibición de nuevas inversiones. Esa incertidumbre desincentiva, además, la innovación, fuente esta de nuevas metodologías y procesos en la producción de bienes y servicios. Y lo que sucede finalmente es que las iniciativas empresariales se pierden en la informalidad económica, pues es en ese ámbito en donde pueden funcionar fuera de un sistema que no provee de las reglas básicas que garanticen un futuro predecible para las empresas, las que necesitan reducir aspectos de riesgo en asuntos como: la inflación, el valor de cambio de la moneda, las tasas de interés (que no sean manipuladas) y, sobre todo, una justicia que queda sujeta a los caprichos de los responsables de aplicar la Ley. Sobre la discrecionalidad en el manejo de la moneda, en su momento un político sudamericano hizo esta aseveración: “No se le puede dar a un político la soberanía sobre la moneda. Es simplemente demasiado peligroso, es como darle un revólver a un mono”.
Puede afirmarse, por tanto, que la incertidumbre institucional acarrea a la sociedad un alto costo y explica, en buena medida, el subdesarrollo de nuestro país, pues dificulta el crecimiento de una economía generadora de riqueza, empleo y sana y justa fiscalidad.
Comento sobre dos instituciones que en los últimos tiempos han generado polémica y cierto escepticismo en buena parte de la ciudadanía por la falta de certeza en sus decisiones. Una, el “sistema político”, en donde los cambios en la Ley Electoral y de Partidos Políticos afectó la institucionalidad por la tardanza y aparente sesgo en las decisiones que de manera improvisada fueron tomando las entidades responsables, esto es: el Congreso de la República y el Tribunal Supremo Electoral. Otra institución que ha generado incertidumbre es el Instituto Nacional de Estadística –INE– por los resultados que informó sobre el último censo, con datos que aparentemente no se corresponden con la realidad. Ya hace unos años, durante el gobierno del partido Unidad Nacional de la Esperanza –UNE– se manipuló artificialmente, mediante un algoritmo, los datos del costo de la canasta básica, aparentemente con el fin de hacer subir artificialmente y con propósitos políticos el salario mínimo; con ello se afectó el valor real de algunas variables socioeconómicas del país, con los graves resultados en cuanto a la certeza indispensable para el buen funcionamiento del Estado. Estos ejemplos esclarecen cómo la incertidumbre hace que se pierda confianza en las instituciones con los nefastos resultados que ello provoca.
Las instituciones son fundamentales para la sociedad, y su buen funcionamiento permite que las relaciones sociales se fundamenten en la confianza por la veracidad de normas y datos reales y comprobables. Por ello el tema que abordará hoy el Encuentro promovido por FUNDESA sobre “fortalecimiento institucional” es de crucial trascendencia.