Se denomina como Ciencias Sociales al conjunto de disciplinas científicas que estudian el comportamiento de los seres humanos, tanto a nivel de individuos como de comunidades. Se diferencian de las Ciencias Naturales en el propósito de estudio de cada una de estas dos grandes disciplinas: las ciencias sociales se enfocan en los humanos, con sus propios métodos; y las ciencias naturales en el mundo animal, vegetal y mineral, con metodologías de acercamiento diferenciadas.
Es común dividir las Ciencias Sociales en las denominadas “humanidades” que incluyen la filosofía, las ciencias políticas y las ciencias de la comunicación; y en las que se analiza la “evolución” que ha vivido la humanidad, que incluye a la historia y la demografía, las que revisan el sistema cognitivo, la psicología y la lingüística. Y las que estudian la “interacción social”, entre ellas la antropología, la sociología y la economía.
En cuanto a su origen, las Ciencias Sociales tal como hoy las conocemos iniciaron su recorrido en el Siglo XVIII, aun cuando varias de las que la conforman tienen precedentes históricos muy antiguo.
El hombre desde su historia más antigua ha discurrido sobre dos grandes interrogantes que le inquietan, siendo éstas: la explicación de la vida y la explicación de la muerte. Y las reflexiones para ambas cuestiones se las ha planteado tradicionalmente desde la religión o desde la filosofía. Pero a partir de mediados del Siglo XVIII, con la entrada a la modernidad, la sociedad europea vivió un proceso acelerado de transformación, surgiendo una nueva forma para la búsqueda de respuestas, siendo ésta la que proponen las denominadas como “ciencias sociales”, desde las que se intenta comprender y explicar sucesos para acercarse al conocimiento del hombre. Y para ello utilizan el método científico de hipótesis y comprobación experimental, método que había sido recientemente descubierto y aplicado en las ciencias exactas. Este método permite a los primeros investigadores sociales fundamentar sus resultados en la legitimidad de una forma aceptada como “científica”.
Cabe aclarar que las Ciencias Sociales realmente no intentar relevar a la religión o la filosofía, ni nunca lo intentaron, sino más bien han buscado desde sus inicios importar de las ciencias exactas su método, y aportar a partir de ello acercamientos a las realidades sociales, usando para ello métodos e instrumentos de carácter científico, como dicho antes.
En la práctica las Ciencias Sociales surgen a partir de cuatro hechos que se suceden casi simultáneos, siendo ellos: la denominada “cuestión del progreso”, resultado de la Revolución Industrial; la “cuestión del Estado”, derivado de la formación de los Estados, especialmente el francés y el alemán; la “cuestión del otro”, ese tratar de entender mediante su cultura a los pueblos remotos; y la “cuestión de la conflictividad”, especialmente la surgida durante los procesos antes mencionados. Y todo ello en el cambio de lo que los historiadores denominan como el paso del Antiguo Régimen al Nuevo Régimen, proceso que transcurre a finales del Siglo XVII y durante buena parte del Siglo XVIII, época en que surge en Europa la ideología del Liberalismo, tanto en lo político como en lo económico; y con ello apertura al pluralismo político y a la “libertad de pensar”, proceso al que se denominó como autonomía de conciencia.
La cuestión del progreso.
El primero de los cuatro hechos mencionados surge como consecuencia de la denominada Revolución Industrial, fenómeno derivado del descubrimiento de la máquina de vapor como fuerza motriz, y de la manufactura textil centralizada. La Revolución Industrial causó, como sabemos, procesos acelerados de urbanización y proletarización que provocaron un cambio radical en las formas de vida tradicionales que hasta ese entonces eran fundamentalmente rurales, con lealtades muy locales, y con producciones de autosuficiencia, en muchos casos de autarquía.
Pero la Revolución Industrial produce otro efecto formidable: el transformar la historia de un proceso secular estático, a uno basado en lo dinámico. Ello provocó la noción de Progreso, que estimuló a las sociedades a nuevos procesos de avance civilizatorio, fundamentado en un progreso no solo técnico o científico, sino también moral, social y hasta político.
Por supuesto que ese cambio inducido por la maquina generó una cierta nostalgia, y con ello un romanticismo, especialmente en Alemania, que fortaleció las raíces culturales y folclóricas de muchos países.
La Cuestión de los Estados.
Un segundo hecho que provocó el nacimiento de las ciencias Sociales fue el surgimiento de los Estados en su sentido moderno, los que se conforman a partir de reivindicaciones, anexiones y otros procesos políticos que hacen que desde la formación de los Estados Unidos de América (1776), luego la Revolución francesa (1779) y concluyendo tardíamente con los Estados latinoamericanos, el mundo se conforma de manera diferente a como funcionó por siglos. Ello implicó la reflexión sobre la unidad cultural y social, fundamento de la legitimidad sobre el territorio, y fue definiendo con el tiempo lo que hoy reconocemos como “Estado”, y que podría resumirse en términos del conjunto de instituciones y normas que regulan la vida en un territorio, mismo que puede comprender una o más naciones, entendidas éstas cómo el grupo que comparte referentes identitarios. Debido a ello puede haber Estados con una o más naciones, e igualmente naciones sin Estado.
La Cuestión del Otro.
Un tercer tema lo constituyó lo que se ha denominado la cuestión del “otro”, ello por cuanto derivado de los procesos de colonización, el hombre se encontró con otras culturas, otras formas de ser y de hacer que no comprendía en su totalidad. El “otro” siempre ha originado temor, mismo que se desvanece hasta conocerle.
Lo antes mencionado obligó a los primeros incursionadores en estas ciencias sociales, el plantearse un reto, consistente en intentar entender al otro.
En un primer momento la razón fue muy pragmática: facilitar la administración colonial. Y más tarde para intentar comprender, a partir de sus comportamientos y formas de vida, los orígenes de las conformaciones grupales y sociales. De acá surge la Antropología,laqueporloqueveremos debesurazón de ser a los procesos de colonización.
La Cuestión de la Conflictividad.
Un cuarto elemento dentro de este breve análisis del origen de las Ciencias Sociales lo constituye la conflictividad social, fenómeno siempre presente entre los humanos, pero que con motivo de los procesos anteriores, que se suscitaron en momentos precisos, esa conflictividad se evidenció de manera violenta y con resultados casi siempre trágicos y permanente.
Los cuatro fenómenos enunciados, entre otros, dieron origen a la necesidad de reflexionar sobre formas nuevas que, desde la ciencia, permitieran abordar las problemáticas descritas. A ello se debe el surgimiento, siempre complejo, de algunas ciencias sociales como las de la psicología, que adquieren importancia por razón de esa complejidad.
Además de la Antropología, a la que nos referiremos con mayor detalle, surgen otras como la Sociología, la Política, la Psicología Social, la Economía, la Historia, la Lingüística, etc.
A continuación se hace una breve descripción de
cada una de estas ciencias sociales.
1.1. La Antropología.
Como hemos mencionado, la Antropología surgió en buena parte debido al interés de los países colonialistas (europeos) por conocer las culturas que ellos consideraban como exóticas, con el propósito de facilitar el control social y la administración colonial, y para normar las conductas personales; y sobre todo para saber “con quién negociar y cómo negociar”. Con ello se lograba también facilitar la exacción tributaria de los colonizados.
Hoy la antropología sirve para más amplios y nobles propósitos. Siempre sustentándose en lo cultural, permite comprender la multiculturalidad, característica moderna de todos los países, proponiendo mecanismos que procuran la interculturalidad. Apoya también en la incursión de otras problemáticas de la modernidad, como son todas las relaciones que se dan entre los humanos y con sus contextos ambientales.
Para hacer operativa su función, la Antropología se ha basado en el denominado método científico, planteándose un objeto de estudio así como unos instrumentos de análisis, especialmente el de las denominadas “historias de vida”. Estos relatos permiten, a partir de investigaciones desde el contexto familiar, descubrir comportamientos explicativos, por cuanto la familia jugaba, y juega, un rol central en las sociedades, tanto desde lo económico, como en lo político y lo religioso. Hay que recordar que la Antropología se situaba en poblaciones ágrafas, carentes de escritura, por lo que tuvo que desarrollar metodologías de análisis cualitativas, siempre orales, y muy descriptivas.
La Antropología, como ciencia, se sustenta en diversas lógicas de pensamiento, constitutivas de escuelas, algunas de las cuales aún subsisten. Entre ellas vale mencionar la etnología (escuela francesa), que produce relatos amplios de las formas de vida de una comunidad; o la etnografía, que es aún más descriptiva. Otras se basan en el estudio de las instituciones y estructuras sociales (escuela inglesa). Otras corrientes o escuelas antropológicas se fundamentan en comparaciones de datos culturales para encontrar similitudes o diferencias, diferencias que pueden ser en el tiempo (evolucionismo), o en el espacio (difusionismo).
La Antropología busca, en síntesis, el conocimiento global del hombre.
1.2. La Sociología.
La sociología tiene como objetivo comprender y explicar científicamente la realidad social, la acción social, las formas de organización social. Hace por tanto la tarea de estudiar la historia social; es por esto que se puede confundir con la historia, aun cuando su propósito e instrumentos y métodos de estudio son diferentes.
Una dificultad que debe superar la sociología es que su objeto de estudio, la sociedad, está en permanente cambio, evolucionando por caminos que hoy son imprevisibles. Por ello se dice que es una ciencia inacabada, a diferencia de otras ciencias cuyo objeto de estudio sigue regulaciones (la astronomía, por ejemplo, en la que el movimiento de los planetas es previsible).
Un asunto importante que analiza la sociología es el grado de cohesión que existe en una estructura social.
En la sociología hay varias corrientes; vale mencionar el “funcionalismo”, que afirma que las instituciones sociales son medios colectivos para satisfacer necesidades de la sociedad; el “marxismo”, que se enfoca en el conflicto y sus teorías; y el “estructuralismo”, que se enfoca en buscar las estructuras mediante las cuales se produce el significado. El estructuralismo analiza los temas como un sistema complejo de partes relacionadas entre sí.
1.3. La Política.
La política es la ciencia que se enfoca en el estudio de los objetivos, razones y medios para el logro del bien común. Para ello estudia como complemento indispensable el poder público y, en su conjunto, el Estado.
La política se diseña y acciona desde los Partidos Políticos, los que para su ejercicio deben contar con una participación ciudadana representativa de las ideologías y sectores que integran la sociedad específica. Para ello es fundamental la existencia de una Ley que rija la forma en que los Partidos Políticos deben organizarse, la forma en que se administran a lo interno de los mismos, la forma en que se financian y en que finalmente escogen a los que asumirán cargos públicos.
La política debe interesar a todos los ciudadanos
de un país, pues recoge las aspiraciones más comunes de ese conglomerado humano. Y es a través de ella, de la política, que se discute y llega a consensos normalmente en el aparato legislativo; de lo que para esa sociedad concreta son las normas que regirán los distintos temas de interés común.
Guatemala como país ha optado por un sistema político fundamentado en el sistema Presidencialista-Republicano, que se perfecciona con la división de los tres poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial). De la misma manera la sociedad se conduce bajo los principios de una Democracia representativa sustentada en la Constitución. Es, por tanto, una Democracia Constitucional.
1.4. La Psicología Social.
Esta ciencia estudia la forma cómo los pensamientos, comportamientos y sentimientos de las personas son influidos por la presencia real o imaginada de otras personas. La psicología social es una de las ramas de la psicología; y se considera una de las ramas clásicas de la sociología, aunque posee su propio propósito y metodologías de análisis. La importancia de esta ciencia estriba en que mediante su estudio podemos definir cómo las personas siguen normas culturales que, aun cuando son externas, la persona las internaliza, muchas veces de manera inconsciente. Ayuda, por tanto, a descubrir las leyes por las que se rige la convivencia, investiga sobre las organizaciones sociales y con ello, los roles que los individuos desempeñan en la organización de la sociedad.
Se dice que la psicología social “llena” el espacio vacío que queda entre la psicología y la sociología, ciencias éstas con las que indefectiblemente colabora.
La utilidad de la psicología social es especialmente importante para comprender los medios de persuasión y propaganda utilizada por los políticos y durante los enfrentamientos armados y guerras. De la misma manera que puede coadyuvar a subsanar las heridas que en el espíritu colectivo dejan los conflictos sociales.
1.5. La Economía.
Es la ciencia que analiza la forma cómo los seres humanos satisfacen sus necesidades, siempre cambiantes e ilimitadas, con recursos siempre escasos.
Durante el último siglo y medio la economía se ha movido entre dos corrientes ideológicas: la liberal y la conservadora; o la capitalista y la socialista.
El planteamiento liberal, que surge a partir de Adam Smith, basa su tesis en la libertad de intercambio, la que aunada a la propuesta de David Ricardo sobre la división del trabajo, y la realidad histórica del derecho de propiedad privada, vinieron a fortalecer los basamentos teóricos de la economía liberal, también conocida como capitalista.
Por su parte, y como reacción al capitalismo liberal que en sus inicios se caracterizó por la explotación del hombre, surgió la propuesta socialista cuyos pensadores principales fueron Marx y Engels, y que plantea la estatización de los medios de producción como medida para evitar la “plusvalía” derivada del excedente entre lo que vale la mano de obra, y lo que ésta recibe como retribución.
En el medio de estas dos grandes corrientes surgió, luego de la Segunda guerra mundial, la Economía Social de Mercado, la que propone un planteamiento intermedio, en el que el gobierno se constituye en árbitro, una vez que se han demarcado las normas de funcionamiento de la sociedad. Esta propuesta económico-social coloca a la persona humana como centro del esfuerzo económico, y sustenta su operatividad en la solidaridad y la subsidiariedad.
1.6. La Historia.
La historia como ciencia nació en Alemania con el historicismo durante el Siglo XIX. El historicismo, a diferencia de la creencia hegeliana y marxista en unas leyes o regularidades en el devenir, subrayaba lo imprevisible que ésta puede ser por razón de la creatividad y libertad de que gozan los humanos. El historicismo, por tanto, rechazó conceptos y generalizaciones, proponiendo a cambio lo individual dotado de sentido y voluntad. Se reconoce a Guillermo de Humboldt con su libro: La tarea del Historiador (1821) como el primero que marca “distancia” con Hegel; para Humboldt el problema es que el filósofo “deforma e ignora los hechos para adecuarlos a los fines previamente conocidos”.
El nacimiento de la ciencia se fortalece con el surgimiento y afirmación de los Estados europeos.
La historia es una ciencia que se relaciona con otras ciencias, de las que toma elementos para su configuración;
entre éstas, la antropología, la estadística, la sociología, la filología, etc. Y su función central es la de relatar los hechos, tanto los pasados como los actuales. Por ello se dice que esta ciencia se debate entre dos tensiones: el pasado, y la explicación del presente desde ese pasado. El estudio de la historia de una sociedad, nación, territorio o país, es una obligación si se quiere comprender las realidades que motivan la movilización de sus miembros.
1.7. El Derecho.
El Derecho es ese conjunto de normas que hacen posible que los conflictos que se dan en el seno de la sociedad se resuelvan de manera justa, pronta y conforme a las reglas establecidas (las Leyes). Dentro de las Leyes existen las denominadas de cumplimiento obligatorio, conformándose con ello el “derecho positivo”. Y las que integran el derecho subjetivo con aquellas que otorgan la facultad de realizar o no una cierta conducta.
Normalmente se clasifica al Derecho en tres ramas principales: el Derecho Social, que procura la convivencia en la sociedad; el Derecho Privado, que determina las relaciones jurídicas entre personas legales; y el Derecho Público, que regula las relaciones entre los órganos del poder público y los individuos.
La Ley máxima de un país es su Constitución, a la que se le conoce como la norma suprema, pues ésta fija
los límites entre los poderes del Estado, y de éste con los ciudadanos, con lo que se determinan las bases para el gobierno y las instituciones.