¨Por un mundo ambientalmente sano y socialmente justo¨

Julio 1992

En los últimos tiempos, la ecología se ha vuelto muy importante. Los términos polución, hoyos de ozono, efecto invernadero, basuras radioactivas, lluvia ácida, son parte de nuestro vocabulario, y los jefes de Estado de 118 países se reunieron a discutir al respecto en Rio de Janeiro, dándole al tema una importancia insólita, que ni siquiera la creciente pobreza en el mundo ha logrado. Analicemos algo de toda esa terminología, de los acuerdos que se lograron en la reunión de Rio de Janeiro, realizado del 3 al 14 de junio, y qué le corresponde hacer a Guatemala.

Así, el término ¨polución¨ se refiere a todo aquello que contamina el medio ambiente con sustancias extrañas. Por ejemplo, se habla de la contaminación por sonidos en las grandes ciudades; de la contaminación visual, cuando se estropea el paisaje natural colocando grandes ¨vallas publicitarias¨; de la contaminación del aire por los humos de fábricas y vehículos y hasta de la contaminación extraterrestre, con la gran cantidad de satélites que rondan la Tierra.

El segundo término mencionado se refiere a los ¨hoyos de ozono que se producen por la destrucción de este elemento químico, que se ubica en la estratosfera, y que se destruye por las contaminantes atmosféricos, especialmente los clorofluorocarbonos (freón y gas de los spray, que se consumen por miles de toneladas al año, y que tiene una vida de más de 100 años), y que por las corrientes de chorro son transportados a los casquetes polares. El problema se acentúa durante la noche polar, cuando no existe recuperación del ozono por falta de rayos solares. Estos rayos solares, al llegar a la estratosfera descomponen las moléculas de los clorofluorocarbonos, liberando cloro, que es el elemento que ataca al ozono. Y lo más grave es que el cloro se vuelve a liberar, actuando como un catalizador permanente, destruyendo más ozono. La ausencia de ozono permite el paso de rayos ultravioleta a la Tierra. En proporciones que pueden provocar, entre otros problemas, cáncer en la piel humana.

El tercer gran problema mencionado, aunque no necesariamente ese sea el orden de importancia, es el de los cambios que se producen como consecuencia de una elevación de la temperatura de la Tierra, fenómeno conocido como ¨efecto invernadero¨. Este fenómeno se origina por el altísimo consumo de energía que obliga a consumir millones de barriles diarios de petróleo y de carbón mineral. La combustión de estos combustibles genera bióxido de carbono, óxidos de nitrógeno y otras partículas. Este bióxido de carbono provoca una capa, que funciona como un invernadero, impidiendo la salida al espacio exterior del calor y energía infrarroja, que es regresada a la Tierra por el fenómeno de reflexión, produciendo calor y un aumento de la temperatura, lo que a su vez provoca la destrucción de algunas especies vivas, provoca también la fusión de los hielos polares, y esto a su vez la subida del nivel del mar, lo que pone en peligro a algunas ciudades costeras.

El fenómeno de cambio en la temperatura de la Tierra no es nuevo. Según los científicos, hace unos 65 millones de años la temperatura de la Tierra era unos 14 grados centígrados superior a la actual. Por esa época, y a causa de la colisión con un enorme meteorito, se produjo una nube de ¨polvo¨ que cubrió el cielo, actuando como un paraguas que disminuyó, desde entonces la cantidad de calor solar que llegaba a la Tierra, habiendo bajado la temperatura a los niveles actuales. Lo importante es que este cambio de temperatura provocó la desaparición de muchas especies vegetales y animales, los dinosaurios entre ellos, y produjo el surgimiento de los antropoides.

En cuanto a la ¨basura radioactiva¨, que puede venir con los famosos desecho tóxicos, es aquella que trae sustancias que generan radioactividad. La radioactividad, descubierta por la legendaria Madame Curie (1867-1934), es una característica de ciertos átomos, que emiten diferentes rayos (alfa, beta y gama). Algunas minerales, como el uranio, pueden producir radioactividad hasta su semi-desintegración, la cual ocurre ¡a los 1620 años! Y aun cuando no haya radioactividad en los desechos tóxicos, éstos, como su nombre lo indican muy bien, pueden ser dañinos al ser humano.

El último de los problemas mencionados, la ¨lluvia ácida¨ se produce en aquellos lugares en que la atmósfera está muy contaminada de partículas producidas por la combustión o por la exhalación de derivados gaseosos, normalmente por cierto tipo de industrias, y que, por una depresión atmosférica, o por la lluvia, caen a la Tierra, provocando daños a las plantaciones de la tierra fértil.

En cuanto a los acuerdos logrados en la reunión de Rio, promovida por las Naciones Unidas, éstos se resumen en la denominada agenda 21, que no pasa de ser una serie de ¨intenciones y recomendaciones¨ que proponen que para que el desarrollo sea sustentable, debe respetarse el medio ambiente.

Lo más sobresaliente de la reunión de Rio fue, sin duda la negativa de Estados Unidos de Norteamérica a firmar el acuerdo sobre ¨biodiversidad¨. La argumentación de los Estados Unidos es que les afectará a la industria biotecnológica, que tiene una importancia para ellos de 100 billones de dólares. Y argumentan también, que se frenaría el desarrollo de la investigación científica. Pero la ¨otra cara de la moneda¨ son los casos concretos, como el de la vainilla, por ejemplo, que es un producto importante para la economía de Centroamérica, y para el cual una firma norteamericana ha descubierto la configuración genética que produce las características de sabor y olor de la vainilla, de manera que, como en este caso, pronto se podrá producir, en cualquier vegetal sabores y características de otro que se produce actualmente en forma exclusiva en microclimas muy especiales, y que le ha dado a esos lugares, ventajas comparativas que seguramente perderá.

Es importante tomar en cuenta, adicionalmente, que los Estados Unidos de Norteamérica y Japón, unidos, producen casi el 45% del bióxido de carbono que está cambiando la temperatura de la Tierra. Y, sin embargo, se pretende que los menos desarrollados dejen de cortar madera, pues es sabido que la biomasa vegetal es el regulador del clima y del ciclo hidrológico, absorbiendo ese contaminante llamado bióxido de carbono. Y se pretende que países como Malasia, que posee el bosque tropical más grande del mundo, que genera un 40 de su PIB de madera, suspenda la explotación de bosques, algo imposible de lograr, al menos en el corto plazo.

Pero no se trata de buscar culpables, de quién la paga, sino de moverse hacia el objetivo de lograr un desarrollo global mundial, más justo en lo económico y social, armonizándolo como un medio ambiente que garantice la subsistencia de los próximas generaciones. Y quedó muy claro que si no se garantiza primero el desarrollo económico de la población, lo único que quedará sustentable será el subdesarrollo y el hambre.

En Guatemala la situación del medio ambiente no es, aún, muy grave. Pero sí está en su momento crítico, momento de tomar decisiones y sobre todo, acciones. Me permito sintetizar una propuesta que FUNDAP, una organización privada voluntaria ubicada en el altiplano occidental ha elaborado en relación al tema y que se puntualiza a continuación.

• Levantar un inventario, a nivel nacional, de los problemas del medio ambiente. Este inventario, a escala rural y urbana, debe hacerse en cada municipio, y con la participación de los miembros activos de las comunidades.

• Diseñar las acciones, y los actores, para cada actividad de mejora del medio ambiente, en cada municipio, estimándose los costos de dichas acciones.

• Aplicar, de manera inmediata, y con proyectos concretos a los fondos que los países desarrollados pondrán a disposición de los países subdesarrollados para el mejoramiento del medio ambiente. Y para ello, lo ideal es que sean las Organizaciones Privadas Voluntarias del interior del país las que implementen las acciones, para que verdaderamente respondan a las necesidades e intereses de las comunidades.

• Desarrollar una campaña nacional de concientización capitalizando la cosmovisión indígena, que conceptualiza la naturaleza como parte integral de la vida del hombre, y no un medio para explotarla.

• En relación a la industria, buscar los mecanismos para obligarla a ¨limpiar¨ sus emanaciones, y evitar que contamine ríos y lagos.

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