Hace algunos días, uno de los periódicos nacionales traía como noticia titular en su portada el anuncio de “la muerte de uno de los planteamientos” del Plan Visión de País, concretamente el de la Política Nacional de Educación, augurando mediante su titular que el compromiso recientemente adquirido por los partidos políticos se iba por la borda.
Como sabemos, el Plan Visión de País es el esfuerzo de un grupo de ciudadanos para facilitar que los partidos políticos discutan los temas más importantes del país, y a partir de ello, propongan políticas públicas de largo plazo, de las que luego se podrán derivar proyectos de ley, una vez concluida su debida discusión en el Congreso de la República.
Una política pública no es más que la respuesta que el Estado da a la demanda de un problema que vive la sociedad, y lo tradicional en nuestro medio ha sido que las políticas públicas y su consecuente formulación de leyes se discutan en el Congreso “a puerta cerrada”, con poca apertura a la sociedad; o, en el otro extremo, se discuta la política pública entre entidades de la sociedad civil sin la participación de los partidos políticos. Y está visto que ninguna de las dos opciones permite generar políticas públicas de largo plazo, que superen los tiempos de un gobierno, generando con ello una gran incertidumbre e inestabilidad para el Estado en su conjunto.
La propuesta del grupo facilitador del Plan Visión de País recogió todas las propuestas que en los últimos años han hecho diversas instituciones, incluidos los Acuerdos de Paz, y a partir de ello procuró la discusión de cada uno de los temas que los partidos políticos consideraron como centrales. Esta es la vía adecuada para la formulación de políticas públicas que trasciendan en el tiempo, es decir, que sean inter-temporales; y además permita que sean virtuosas en el sentido de perfectibles. Y es precisamente este punto, la perfectibilidad, lo que falta para que la anunciada “muerte” de la propuesta de educación sea nuevamente revisada y oportunamente aprobada como ley marco. En el caso de la política nacional de educación, hubo algunos aspectos que podían mejorarse en la discusión dentro del Congreso de la República, pero la presión externa de un grupo magisterial sindicalizado y muy beligerante inhibió a los congresistas de entrar a revisar la propuesta con la serenidad y tiempo requeridos, optando por la vía más fácil de la anulación o derogación del proyecto.
En mi opinión las políticas públicas deben ser el resultado de la decisión política, la que por razones obvias debe dirimirse entre los partidos políticos. Esta es la propuesta que hizo el grupo facilitador del Plan Visión de País, plan que respondió a una convocatoria de profesionales, académicos, empresarios, dirigentes sociales, religiosos, etcétera, preocupados todos por lo imprevisible de las políticas de Estado, lo que ha hecho difícil el transitar de la sociedad hacia mejores perspectivas, por cuanto se improvisa en exceso.
El “grupo facilitador” decidió que lo adecuado era proponerles a los partidos políticos que fueran ellos quienes definieran los temas que consideran centrales para el beneficio de la sociedad en su conjunto. En esas consultas los partidos políticos propusieron seis temas: educación, seguridad, salud y nutrición, desarrollo rural, y multiculturalidad y financiación del Estado; estos dos últimos aún en discusión y cruzando transversalmente los anteriores.
Con esta acción, el grupo facilitador asentó que su estrategia sería la de facilitar que la política sea la que formule las políticas públicas, y no al revés, que las políticas públicas discutidas por grupos sociales definan la política del país. Confirmó también que la relevancia la deben tener los partidos políticos como legítimos representantes de la sociedad ante el Estado, evitando así los excesos cometidos cuando por temor a la anomia se fuerza a la movilización social para asumir lo político.
El grupo facilitador construyó documentos que sirvieron de base a la discusión que los representantes de los partidos políticos hicieron durante varios meses. El ejercicio permitió concluir el proceso con documentos signados en acto público por los secretarios de los partidos implicados.
Posteriormente las propuestas fueron presentadas en la modalidad de Leyes marco para la subsiguiente discusión en el Congreso.
Los procesos mediante los cuales se analizan, discuten y aprueban las políticas públicas son importantes, pues muchas veces el resultado de la política pública resulta de la discusión; pero el procedimiento, por importante que sea, no debe violentar el ordenamiento político, pues ello puede conducir a sistemas anárquicos en los que cada grupo acepta únicamente lo que cree convenirle, pasando por encima del interés general. Mi propuesta es que una vez discutidas por los partidos políticos las seis políticas públicas, y presentadas al Congreso para la formulación de las leyes marco que las refrende, el Plan Visión de País continúe facilitando el diálogo entre los partidos políticos en otras políticas públicas urgentes, como la del medio ambiente y sus derivados, y la de ordenamiento del territorio nacional.