¿Puede el turismo en Guatemala ser eje de desarrollo?
Un país poco apto para el desarrollo de la industria turística
Noviembre 2007
Hace un par de años, un amigo europeo, copropietario de una cadena de más de cien hoteles instalados alrededor del mundo, me comentó que no veía en nuestro país potencial de desarrollo turístico, pues según su experiencia no contamos con los prerrequisitos para ello, y que por tanto su cadena no invertiría en Guatemala. Es posible que la especialidad de sus hoteles no sea congruente con lo que nuestro país ofrece, pero en todo caso me impresionó con su comentario por venir de un experto, y especialmente porque en Guatemala desde hace varios años prácticamente todos le apostamos a que el turismo será uno de los principales ejes de desarrollo económico para el país.
Creemos, por tanto, que los atractivos culturales, arquitectónicos, climáticos y geográficos son suficientes para dar pie a una actividad próspera como el turismo, pero reparamos poco en que esta industria requiere de preparar una cultura de hospitalidad de primer nivel para competir con países vecinos, como México, que tienen un largo recorrido en la tarea. Además, requiere de infraestructura moderna y que ofrezca comodidad a los turistas. Otro tema central es el de la seguridad, y en ello estamos muy mal.
En mis continuos viajes a comunidades del interior del país me encuentro con que allí también se apuesta por el turismo, y han proliferado negocios en la hotelería, restaurantes y sitios eco turísticos.
Pero en la gran mayoría es obvio que las capacidades de atención turística son aún muy precarias. Por otra parte, se puede comprobar que el guatemalteco no hace turismo dentro del país.
Lo anterior obliga a reflexionar al respecto para encontrar y sugerir estrategias que permitan mejorar el servicio al turista y promover que los connacionales hagan turismo en el país. Un mecanismo puede ser facilitando a las familias guatemaltecas para que mediante paquetes turísticos puedan visitar comunidades del interior, facilitándoles la actividad mediante financiamientos y otros procesos. Con ello, los empresarios de turismo del interior pueden contar con ingresos y mejorar mediante la puesta en práctica de capacitaciones y asistencia técnica, la cual puede ser proveída por entidades especializadas como los Centros Empresariales de Turismo (CET) promovidos por FUNDESA (Fundacion para el Desarrollo de Guatemala), y otras instituciones.
Los países que han desarrollado su industria de hospitalidad lo han logrado a partir de capacitarse en lo teórico y en la práctica. Y hasta que se ha practicado bastante se puede llegar a ser experto, base indispensable para ofertar un servicio turístico de calidad a personas exigentes, como lo son los turistas que aspiramos atraer.
En Guatemala, la promoción turística la realiza fundamentalmente el Inguat, y su enfoque es promover al país en el exterior, para lo cual invierte una parte de los cerca de Q150 millones que percibe del impuesto a la hotelería y del impuesto de salida de los viajeros en los aeropuertos. Pero a pesar de funcionar por muchos años su impacto en la industria ha sido poco relevante, pues ha costado mucho tiempo superar el millón de turistas. Y de estos muy pocos pasan de visitar la capital, Antigua Guatemala y Tikal, con lo que de los US$1,000 millones que gastan en nuestro país al año, muy poco llega al resto de municipios.
Por tanto, en mi opinión, no tiene mucho sentido promover fuera de Guatemala el turismo “nacional”, cuando este aún no está totalmente desarrollado y no ofrece calidad, salvo excepciones que, como dicho, se encuentran en los tres sitios mencionados.
Lo que sugiero, en resumen, es promover más inversión en desarrollar los productos turísticos y menos en promoción externa, pues esta llegará por sí sola al lograrse un mejor servicio de hospitalidad, y una mayor seguridad.