Las características de la economía de Guatemala, así como la estructura y desempeño de sus instituciones, son los dos elementos que expertos del INCAE y el Banco Mundial señalan como fundamentales para estudiar el potencial de crecimiento económico guatemalteco en el mediano y largo plazo. Y para conocer las potencialidades que tenemos como País, se sugiere utilizar el denominado “Índice de Competitividad“, el cual es calculado por el Foro Económico Mundial para 58 diferentes países, ubicándose Guatemala en el número 56, y utilizando para el mismo una serie de 8 variables que incluyen: apertura comercial y financiera, desempeño del gobierno, desarrollo del mercado financiero, infraestructura, tecnología, gestión empresarial, mercado laboral y calidad de las instituciones.
Cada una de las ocho variables mencionadas se integra, a su vez, por diversos indicadores, los cuales presento y comento a continuación basándome para ello en el documento denominado “Agenda Centroamericana para el Siglo XXI“ elaborado por los economistas Roberto Artavia y Felipe Larrain.
La primera variable es la denominada “Apertura“, que trata de medir el grado de libertad del comercio exterior, así como las facilidades a la inversión extranjera. Los factores que integran esta variable son el nivel de aranceles, con un 9% en promedio para el País, superado únicamente por El Salvador con un 5%. Otro factor es el de las denominadas “barreras no arancelarias“, que tiene que ver la corrupción y la mala administración de Aduanas; en este factor estamos muy mal, superándonos enormemente El Salvador. Otro factor que nos afecta negativamente es la percepción que se tiene en cuanto a una sobrevaluación de tipo de cambio. Uno adicional es la disponibilidad de crédito y seguros para exportaciones, en el cual también estamos peor que El Salvador. Y un factor más, en que también estamos en el nivel más bajo de Centroamérica es en el de la participación extranjera en obras públicas. En resumen, Guatemala tiene un ranking de 40 en cuanto a “apertura“, teniendo el resto de Centroamérica: Costa Rica 25, El Salvador 42, Honduras 44 y Nicaragua 52, de manera que ocupamos el segundo lugar centroamericano en la ponderación de los diferentes factores de esta variable de Apertura.
Una segunda variable medida es la del “Desempeño del Gobierno“, en la cual Guatemala está bien ubicada, con un 13 entre los 58 países medidos. Este índice contempla, por ejemplo, el gasto del Estado como % del PIB, y el 11% de Guatemala para 1997 se considera adecuado, por cuanto se asume que se está liberando recursos para la inversión privada. Otro factor medido es la Transparencia en la Gestión del Estado, en el cual estamos abajo del resto de Centroamérica, excepto de Honduras, que punteó peor. Este factor, como lo indica su nombre, tiene que ver con la forma en que se realizan y comunican las acciones y negocios del Estado. Además de la anterior, se mide otro factor sobre “capacidad relativa del personal“, que evalúa las calidades y calificaciones del servidor público, y, en esto estamos muy mal, superando nuevamente, solo a Honduras. Un factor adicional, muy interesante por cierto, es la que mide los “subsidios a futuros ganadores“, es decir, la forma en que el Gobierno favorece a las actividades productivas que considera con mayor potencial. En este índice somos los peores de Centroamérica. Hay otra variable que miden la “regulación nacional en función de la competitividad“, en la que nos ubicamos arriba de Costa Rica y Honduras, pero abajo del resto de países.
Una tercer variable es la relativa a “Mercados financieros“, en la cual estamos, francamente, muy mal, ocupando el lugar número 57 de los 58 medidos. Un primer factor que pesa negativamente para el cálculo de esta variable es el bajo nivel de ahorro (11.8% del PIB); así como un muy bajo nivel de inversión (13.2% del PIB). Ambos deberían estar cercanos al 20% para dinamizar la economía. Otro factor que califica esta variable es el denominado “margen de intermediación financiera“, que se refiere a la diferencia entre la tasa pasiva y la tasa activa, y el cual se considera alto para los patrones ideales. (Sin duda en este “spread“ afecta mucho el encaje obligatorio). Esta variable mide también el nivel de desarrollo de las bolsas de valores, así como el acceso de las medianas y pequeñas empresas a los recursos financieros, y en estos dos factores estamos por debajo de la mayoría de países centroamericanos.
La siguiente variable se refiere a la “Infraestructura“, y mide varios factores, como el costo de energía, la cual es más cara que la salvadoreña y costarricense, pero más barata que la hondureña y nicaragüense. Mide también el número de líneas telefónicas por cada 100 habitantes, lo cual indica 2.8 teléfonos para Guatemala, mientras que 16 para Costa Rica. Otro factor medido en este variable es la “prioridad que da el Estado a la infraestructura“, y aquí Guatemala ocupa el segundo lugar centroamericano, después de El Salvador.
Una variable adicional es la de “Tecnología“, en la que nos ubicamos con el lugar 49, siendo 52 la media para Centroamérica, y siendo superados únicamente por Costa Rica, con un ranking de 42. Los factores que se miden son la situación general de la tecnología, la inversión privada en inversión y desarrollo, la protección de la propiedad intelectual y la capacidad local para la innovación. Este índice lleva una tendencia al deterioro, especialmente después de que se cerrara el ICAITI (Instituto Centroamericano de Investigación y Tecnología Industrial), pues esta era el único laboratorio de investigación dedicado a la industria en general.
La variable de “Gestión Gerencial“ es especialmente interesante, pues nos califica mal (un 53) en las habilidades gerenciales para delegar, para innovar y para la implementación de sistemas de calidad total. Y estas “habilidades“ deberían ser más eficaces si se desea que nuestro empresariado compita con el resto del Mundo, por lo que se debe hacer un esfuerzo adicional en el mejoramiento de las capacidades de gestión.
La variable que me parece más importante, y en el cual estamos muy mal, es la correspondiente al “Mercado laboral“, que ha sido punteado con un 54. Esta variable incluye los siguientes factores: el nivel de escolaridad de cara a la competitividad, el cual es sumamente bajo, el peor de Centroamérica; incluye también la capacitación para el trabajo, el cual también está calificado muy mal; otro factor es el de la productividad de los trabajadores, la cual es la mitad que la de los salvadoreños y de los costarricenses; y un factor adicional es el de la flexibilidad de contratación y despido de trabajadores, en el cual estamos al mismo nivel del resto de Centroamérica.
La última de las variables es “La calidad de las Instituciones“, y mide temas tan sensibles como la eficacia del Sistema Judicial, la confianza que la población tiene en la Policía, la medida en que el Gobierno respeta sus contratos, la existencia de monopolios y la influencia del crimen organizado sobre las decisiones empresariales. Y, adivine, ¿qué ranking tenemos en esta variable? Pues claro, un 56, el más bajo de Centroamérica…