La Universidad, entidad en crisis

Los estudiantes están más interesados en obtener un título que en adquirir cultura general

8 de Febrero de 2012

La primer Universidad fundada en el Mundo es la de El Cairo, Egipto, año 970, siguiéndole en orden cronológico las de Montpellier, Francia fundada en 1181, y las italianas de Módena (1189) y Padua (1222); las de Toulouse y Paris, en Francia, de los años 1229 y 1231; y la de Salamanca, España, fundada en el año 1244. En Guatemala el Obispo Francisco Marroquín propuso en 1540 la creación de una Universidad, misma que se funda en 1676 como Universidad de San Carlos de Borromeo.

En sus inicios las universidades transmitían un saber común, basado en la cultura greco-romana, utilizando el latín como lengua universal. Las antiguas universidades desde la Edad media fueron dirigidas por la Iglesia Católica, y de ellas aún se conserva la tradición de la Toga, del Título y parte del ritual de graduación. Igualmente, se conserva en algunas el estudio de Teología, como una de las materias fundamentales. Recordemos que una función de la Universidad es la búsqueda de la verdad, y para ello la teología, la ciencia y la filosofía.

Pero es en la Universidad francesa donde se inicia bajo el gobierno de Napoleón (1808) la tradición de la universidad como entidad controlada por el Estado, con el monopolio sobre la entrega de los grados, modalidad que se traslada a otras universidades en el mundo, que con ello pierden la autonomía de que gozaban. En el caso francés se introdujeron nuevas materias de estudio, cerrando las escuelas de teología y arte. Es hasta en 1968 que una revolución estudiantil rompe en Francia con ese modelo antiguo de una sola universidad Estatal, creándose a partir de entonces varias subvencionadas por el Estado y “privadas”.

La función de la universidad fue durante varios siglos la transmisión de conocimiento, de la catedra al estudiante. A partir de 1808 Wilhelm von Humboldt, fundador de la Universidad de Berlín, propone como una tarea adicional la investigación; y ya entrado el siglo XX las universidades norteamericanas agregan el “servicio a la comunidad”. De manera que es así como en la historia se produce lo que hoy se considera como las tareas centrales de cualquier Universidad, esto es: producción de conocimientos (INVESTIGACION), transmisión de conocimientos (DOCENCIA), y servicio a la comunidad (PROYECCION SOCIAL).

En nuestro medio las trece universidades existentes privilegian la formación profesional, y en algunos casos procuran que esa profesionalización se acompañe de formación humana.

Pero la investigación es aún muy pobre, por lo que no se produce conocimiento propio.

Las universidades guatemaltecas padecen varias problemáticas; entre ellas el que la mayoría de sus estudiantes están más interesados en obtener un diploma que les asegure un empleo y movilidad social, que en adquirir una cultura general, para ser “más personas”. La masificación, otro problema central, especialmente en la Universidad de San Carlos, castiga la calidad educativa, por lo que es obligatorio regular el número de estudiantes; al efecto vale recordar el axioma que indica que “cuando la oferta es pública y gratuita, el consumo privado crece exponencialmente”.

El asunto no es solo de presupuestos, sino de definir la razón de ser de la institución educativa superior, esto es ¿formadoras de élites para investigación de alto nivel?, o proveedoras de estudios en función de facilitar títulos para movilidad social. Y ello, ¿en función del qué? Un problema adicional de las universidades es su ideologización, pues esta propone “un modelo de sociedad”, y descuida el esfuerzo por “entender el mundo”. Pero el que me parece como mayor problema en prácticamente todas las universidades guatemaltecas es la centralización de su administración y recursos, lo que inviabiliza la posibilidad de que surjan carreras universitarias basadas en los intereses y necesidades de los diferentes territorios del país.

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