“La competitividad como la estrategia ante la globalización”
Marzo 1998
La competitividad es el arma más eficaz para afrontar la globalización. Con la competitividad como estrategia, un País puede transformas sus actuales ventajas comparativas en ventajas competitivas. Puede hacer que se potencien sus posibilidades, y, a partir de ello, lograr una mejoría real en la vida de los ciudadanos.
Siempre se ha hablado de que los países han tenido ventajas comparativas. Para algunos estas son su ubicación geográfica, su clima y paisajes naturales, o sus yacimientos petrolíferos o de minería, o la tenacidad de sus habitantes, entre otras. La diferencia es que ahora se trata de pasar de esas ventajas comparativas a las ventajas competitivas, es decir, “afilar“ las capacidades y potencialidades, físicas humanas, que tenga un País para que esa ventaja sea productiva.
Y para que un País pueda conocer su nivel actual de competitividad, así como predecir el crecimiento del ingreso per cápita, el Foro Económico Mundial ha elaborado un índice, al que se llama “Índice de competitividad“, el cual usan los gobiernos para medir los avances en diferentes acciones, y los inversionistas para comparar los riesgos y ventajas de invertir en un país u otro. Este Índice mide 300 variables, entre ellas, la apertura del mercado, del gobierno, el mercado financiero, la infraestructura, la tecnología, el mercado laboral, la gestión empresarial y la institucionalidad en el País. Este Índice de competitividad ha sido medido en 58 países, y Guatemala ocupa el lugar número 53, estando por encima, en Centroamericana, de Nicaragua y Honduras. Y de países tan grandes e importantes como Rusia, que ocupa el lugar 58. Los primeros lugares del índice los tiene Singapur, Hong Kong, Estados Unidos y Canadá, y de los países iberoamericanos, el que mejor se ubica es Chile, en el lugar número 13, once puestos arriba que España, el siguiente país iberoamericano mejor ubicado en el índice.
Con el Índice de Competitividad, se pueden detectar debilidades y oportunidades de la economía. Pero especialmente se puede medir el potencial de crecimiento que tiene el País en el mediano y largo plazos, basándose en las características y estructura de su economía y la situación y desempeño de sus instituciones.
El Índice de Competitividad toma en cuenta ocho variables: apertura comercial y financiera; desempeño del gobierno; desarrollo del mercado financiero; infraestructura; la tecnología; gestión empresarial; mercado laboral y calidad de las instituciones.
Las variables más importantes del Índice de Competitividad, según mi opinión, son las que he subrayado. Y un guarismo menor indica una mejor posición, así, el índice 1 es el óptimo, y el peor el 58.
En el primer elemento, el de Apertura, se mide la orientación exportadora de la nación a la economía global, y el grado de libertad con que se manejan el comercio y la inversión extranjera. En apertura el índice guatemalteco es 40, el mejor de Centroamérica después de Costa Rica (25).
En el segundo elemento, el del Desempeño del Gobierno, se mide hasta qué punto el estado apoya u obstaculiza la competitividad.
Evalúa el grado en que la política fiscal y el aparato estatal facilitan o limitan los recursos disponibles para la inversión privada y juzga la calidad de los servicios públicos. En este elemento Guatemala tiene, después de El Salvador (con un 7), el mejor índice, un 13.
En el tema de Mercado financiero, se evalúa el papel de los mercados de capital como facilitadores del consumo y el ahorro, y la eficiencia de los intermediarios financieros en proveer recursos para la inversión productiva. En este tema estamos muy mal evaluados, con un índice de 57, muy por encima de Costa Rica y El Salvador, e incluso de Honduras y Nicaragua.
En Infraestructura se mide la cantidad y calidad del sistema de transportes, de la red de telecomunicaciones, de la generación y distribución de energía eléctrica, de las facilidades portuarias y de almacenaje y de toda la infraestructura física que puede afectar, positiva o negativamente, la productividad de la inversión privada. El índice en este tema es muy bajo, un 56, estando por encima de únicamente Honduras.
En Tecnología se avalúa la intensidad de la investigación y desarrollo, el nivel general de la tecnología y la calidad del acervo de conocimiento tecnológico disponibles a los inversionistas. Tenemos un índice de 49, el segundo en Centroamérica después de Costa Rica, con un 42.
En Gestión Gerencial se mide la calidad de los recursos gerenciales, de las estrategias competitivas, del desarrollo de productos, del control de calidad, de los recursos humanos y del mercadeo a nivel de empresa privada. Nuestro índice es de 53, muy mal comparado a Costa Rica, con un 38, y a El Salvador, con un 48.
En el tema del Mercado Laboral, se evalúa, en primer lugar, la eficiencia real y potencial de los recursos humanos y, en segundo lugar, la flexibilidad de los mercados de trabajo. Este es el índice peor calificado para Guatemala, con un 54. El resto de Centroamérica, incluyendo a Nicaragua (33), está mejor, con un 20 para Costa Rica, un 47 para Honduras, y únicamente nos acompaña en desgracia El Salvador, con un 56.
En la Calidad de las instituciones, se mide la confiabilidad de las instituciones legales y sociales que fundamentan una economía de mercado, la competencia, el imperio de la ley y la protección de los derechos sobre la propiedad. Tenemos el índice más bajo de toda Centroamérica, un 56, lo que significa la debilidad institucional de los diferentes del País.