“Grupos Gestores, Mesas de Competitividad y Consorcio para el DEL
Diciembre 2011
Para mejor comprender la sociedad, de por si compleja, se recomienda utilizar la metodología sistémica, la que permite analizar sus diferentes componentes como elementos interdependientes e interactuantes, siendo uno de los principales el “sistema económico”; otros lo son el social, el cultural, el biológico y el político.
En el presente artículo comentaremos un complejo de tres instituciones que se han venido organizando en Guatemala como parte de su “sistema económico”, las que aportan específicamente al desarrollo económico territorial, bajo una estrategia innovadora que busca homogenizar las condiciones de todos los territorios a manera de que tengan las mismas oportunidades de captar inversiones generadoras de empleos y autoempleos.
Estas tres instituciones son: los Grupos Gestores (102 Municipios cuentan con estas entidades), que tienen como objetivo el identificar el potencial económico de su Municipio, sus “motores de desarrollo económico”, y, a partir de ello, formular y gestionar proyectos productivos. Una segunda institución lo constituyen las Mesas de Competitividad (actualmente en 20 Municipios y 6 Departamentos del país), que identifican las constricciones al desarrollo económico local, para lo cual formulan y gestionan propuestas para la mejora del “clima de negocios”; esto es las necesidades locales de infraestructura, capacitaciones, tecnologías y simplificación de la tramitología, circunstancia ésta última que complica y frena innecesariamente la inversión. Y una tercera institución la conforma el “Consorcio para el Desarrollo Económico Local”, integrado por Universidades, entidades de Gobierno, fundaciones de desarrollo y un Banco de Desarrollo, todas ellas investigando y capacitando sobre metodologías de trabajo para la procura del desarrollo económico local.
Este “complejo institucional” del sistema económico nacional se ha convertido en un movimiento social que durante los últimos 15 años se ha expandido en Guatemala, y que integra a miles de voluntarios que de manera ad-honorem procuran generar oportunidades para sus conciudadanos.
La siguiente etapa de este movimiento social es convertirse en una política pública reconocida por el Estado, de manera tal que su institucionalización sea permanente, y que se convierta en una política de fomento económico, política de la que actualmente carece el Estado guatemalteco.
Hay que mencionar que una importante contribución que hace a la economía del país el complejo de las tres entidades mencionadas es que promueven el mercado interno que, como sabemos, aporta cerca del 70% del Producto Interno Bruto (PIB), pero que históricamente ha crecido a un ritmo sumamente bajo, cercano al 0.15% anual durante los últimos 10 años; y siendo que el mercado interno es el que genera ingresos y oportunidades de nuevos emprendimientos a los territorios de las provincias, su fortalecimiento y apoyo será, sin duda alguna, una adecuada estrategia para reducir los niveles de pobreza que aquejan al interior del país. Por tanto, una de las consecuencias positivas del fortalecimiento del mercado interno mediante la estrategia tri-institucional referida antes, es la promoción de nuevos proyectos productivos, emprendimientos que generan oportunidades de empleos y autoempleos.
Ahora que estamos por iniciar un nuevo periodo gubernamental es buen momento para considerar esta estrategia y fortalecerla mediante una normativa legal que le dé el sustento jurídico.