En los últimos años han sido presentadas varias propuestas de desarrollo para el país, algunas elaboradas por centros de pensamiento, otras por grupos empresariales, y en los últimos días una del gobierno de la República, a la que denominaron como Katún 2032. Lamentablemente ninguna de ellas ha logrado "cuajar" en la sociedad guatemalteca por diversas razones, siendo en mi opinión la principal de las causas el que no han sido pensadas, discutidas y consensuadas con los verdaderos representativos de las entidades e identidades que integran la Nación, por lo que no se perciben como de interés común, al no tomarse en cuenta las necesidades reales y sentidas de las comunidades. No se proponen, por tanto, como verdaderas propuestas de Estado. Me temo que la última, la Katún 2032, correrá la misma suerte, especialmente por cuanto propuesta por el actual gobierno que, hay que decirlo, ha perdido credibilidad.
Otra razón por la que las propuestas pierden oportunidad es por cuanto han intentado abordar demasiadas temáticas, en las que siempre se ha procurado privilegiar lo fiscal, siendo que a la ciudadanía le preocupa más las oportunidades que puedan encontrar para mejorar su vida, que las razones de fiscalidad del Estado.
Por tanto vale repensar, ¿cuál puede ser una opción que nos una en un propósito común, y que además de viable sea de interés para todos en el largo plazo? Sin duda la respuesta es el turismo, actividad ésta en la que Guatemala tiene ventajas comparativas indiscutibles. Menciono algunas: enorme biodiversidad y variedad de paisajes, todos extraordinariamente bellos. Culturas milenarias "vivas" y de magnífico valor e interés. Climas ideales y variados, que pueden disfrutarse en territorios cercanos unos de otros, al igual que las aldeas y pintorescos villorrios, y las iglesias coloniales. Baños sulfurosos y de vapor cercanos a las montañas, cerros y volcanes de espectaculares vistas. Y, lo más importante, una cultura guatemalteca que hace a sus ciudadanos amables, serviciales e interesados en conocer a sus visitantes. Otra ventaja es la ubicación del país, tan cercano al mayor exportador de turistas, los Estados Unidos, y a la vez tan pequeño, 108 mil kilómetros cuadrados, que permite recorrerlo y conocer sus variados atractivos en pocos días. Y si a todo ello agregamos que es aún un país en el que se puede hacer turismo económicamente, tenemos todos los ingredientes para el éxito.
El turismo puede ser un ordenador social, económico, ambiental y político al convertirse en un propósito común que, como ventaja adicional tiene el que no colisiona con otros intereses (como sí sucede con estrategias como la extractiva o la que actualmente se discute de privilegios fiscales a la maquila de exportación). Adicionalmente beneficiaría a todos los territorios y sus habitantes (los atractivos turísticos están en todos los sitios del país); el turismo sí “gotea” sus beneficios. Otra causa fundamental es que nos comprometería a preservar y recuperar el medio ambiente, concretamente ríos, lagos y bosques que han sido y siguen siendo destruidos.
Sabiendo que el turismo trae beneficios positivos y generalizados, lo correspondiente es que nos unamos en el diseño de una visión y estrategias comunes que tienen que ver con mejorar las capacidades de hospitalidad, la infraestructura de carreteras y hostelería, la protección de los recursos naturales, la preservación de las culturas, la mejora de la seguridad. Por tanto, más que dedicar todo el esfuerzo a la imagen externa del país la tarea debe ser enfocada "hacia lo interno", a mejorar los productos turísticos, capacitando y elaborando rutas turísticas, mejorando la seguridad e infraestructura.
El turismo puede ser el ordenar más importante para el desarrollo del país. Para ello se necesita una visión de Estado.