“La necesidad de evaluar el impacto de estas acciones”.
Mayo 2011
El lunes recién pasado se abrió “oficialmente” la convocatoria a elecciones generales, y con ello el tiempo para escoger a los futuros gobernantes, tanto nacionales como locales. Ha llegado el momento en que los ciudadanos exijamos a los contendientes que pasen de la publicidad de fotos y canciones, a la de dar a conocer sus propuestas, esto es, la política que seguirán para cada asunto estratégico del país, a las llamadas “políticas públicas” que pretenden implementar.
Una “política pública” es la forma y medios con que el Gobierno, en representación política del Estado, gestiona y acciona para prestar un servicio a la sociedad, o para resolver un problema actual o futuro. Así, hay políticas públicas para educación, salud, medio ambiente, seguridad, economía, etcétera. Y estas pueden ser explícitas o no; de la misma manera que una política puede ser el que no se proponga ninguna; así de sencillo. Lo ideal es que las políticas públicas que surjan de un Gobierno, se conviertan en políticas de Estado intertemporales, lo cual se logra cuando estas son asumidas por toda la ciudadanía por cuanto consensuadas, con efectos medibles, viables financieramente y reconocidas como esenciales por la sociedad.
Es, pues, tiempo de hacerse una pregunta que se han hecho siempre los politólogos: ¿es la política la fuente de las políticas públicas?, o por el contrario ¿las políticas públicas hacen la política? Lo usual en nuestro medio ha sido lo primero, que la política, y por tanto los políticos en el poder, son los que establecen las políticas públicas. El problema con esta lógica ha sido que debido al corto tiempo de ejercicio en el poder por el partido político de turno, y por no contar con una propuesta bien estructurada, es casi imposible formular y ejecutar de manera eficiente una política pública, las que normalmente llevan un tiempo largo para su análisis, implementación y evaluación de resultados. Ello explica en buena parte el fracaso en políticas públicas del Estado guatemalteco; para un ejemplo reciente baste tomar el caso de la política de “desarrollo rural”, en la que ha sido visible la diferencia de criterios entre un Gobierno y otro sobre el fondo de la misma, y por tanto no se toma una decisión al respecto.
La segunda opción es cuando las políticas públicas hacen la política, tal el caso de la protección del medio ambiente, en el que la presión pública ha ido formulando una política pública que orienta la política o al menos, está forzando la lucha política a las arenas temáticas medioambientales.
El problema real se sitúa en que ante la inexistencia de partidos políticos con base doctrinaria y propuesta estratégica reconocida, no hay manera de que planteen políticas públicas bien estructuradas antes de asumir el poder. A ello se agrega que en la mayor parte de países, a partir de la quiebra del socialismo real y del Estado de bienestar, ya no hay propuestas teleológicas, omnicomprensivas, sino más bien se camina con un sentido de razón práctica, con el riesgo de ir perdiendo la perspectiva amplia que cualquier proyecto político debe tener.
Está claro que el asunto de las políticas no se debe agotar en lo gubernamental, pero es a fin de cuentas el Gobierno el que dirige las acciones de Estado, y para ello las políticas públicas. El asunto se complica más por cuanto ha habido un repliegue de los actores políticos tradicionales (sindicatos, empresarios, profesionales), y hoy aparecen nuevos actores: indígenas, mujeres, ambientalistas, en un reforzamiento de la ciudadanía, ya no solo como electores, sino como partícipes de las decisiones públicas.
Un tema importante al tratar las políticas públicas, y que desafortunadamente se soslaya, es el de la evaluación o medición del impacto que estas tienen en la sociedad que pretenden beneficiar; este es un asunto que en nuestro medio no se acostumbra. Muchas veces el gobierno de turno cancela una política pública del gobierno anterior sin siquiera medir su eficacia. Como ejemplo reciente podemos ver el planteamiento de Cohesión Social implementado por la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente en el gobierno de la UNE, versus lo implementado por la misma entidad durante el gobierno de la Gana. No se evaluaron los resultados de lo ejecutado durante el período 2004-2007 y el gobierno que asumió en el 2008 inició un nuevo recorrido. Y según expertos en temas de nutrición y cuidados materno-infantiles lo que se hizo en el período anterior y fue cancelado tuvo efectos más importantes y a menores costos que lo implementado con el gobierno de la UNE.